Corre por su vida: un cazador tiene que correr porque un enorme jabalí le persigue
Durante la trepidante carrera, vemos cómo al cazador se le caen los cartuchos que intenta introducir desesperadamente en su escopeta. Mientras, el jabalí corre para alcanzarle.
La partida de caza se concentra en torno a un cultivo de regadío. Allí los jabalíes están provocando destrozos en la siembra, por lo que urge echarlos de allí e intentar abatir a todos los que consigan poner a distancia de disparo.
Una batida con tremendo susto para el cazador
Los cazadores van moviendo sus puestos en rápidas y ágiles motocicletas para intentar cortar la huida de los jabalíes. Y, en el mar de plantas de maíz en el que se desarrolla la persecución pueden seguir las carreras de los perros tras ellos gracias a las sonoras ladras de los canes de rastro y acoso. Los caminos que limitan las inmensas siembras se convierten en cortaderos en los que se debe aprovechar muy bien el tiempo para poder afrontar el disparo.
Pero la situación se complica cuando uno de estos grandes cochinos sale de entre la cosecha y decide atacar a uno de los cazadores. Un disparo apresurado con la escopeta de calibre 20 cuando el animal aún no ha salido de la siembra, además de arriesgado para los perros, deja sin munición al cazador brasileño, que corre aterrorizado ante un jabalí que comienza a perseguirle.
Los perros siguen al jabalí herido
Solo un disparo ‘in extremis’ consigue salvarle de una más que probable embestida. Cuando el cochino acusa el impacto del cartucho de bala, abandona la persecución para ser él el que intente huir. La trepidante cacería, muy emocionante por lances como este, continúa en estos campos agrícolas y de monte del gigante sudamericano. Los perros han cercado al gran suido herido, y el cazador llega a tiempo para rematarlo.
Antonio López Espada
