Seguimos a un inmenso bando de palomas torcaces hasta un cultivo de girasol que devora en plena media veda
Media veda

Seguimos a un inmenso bando de palomas torcaces hasta un cultivo de girasol que devora en plena media veda

Las torcaces se han convertido en la pesadilla de los agricultores de las localidades del litoral de la Bahía de Cádiz. Inmensos bandos de palomas abandonan cada mañana los dormideros situados en zonas urbanas y periurbanas para alimentarse en las siembras.


El Puerto de Santa María, Conil de la Frontera, Chipiona o Chiclana de la Frontera son algunos de los municipios afectados. Este año la Junta de Andalucía, al igual que otras comunidades autónomas, se ha visto obligada a autorizar la caza de la paloma, de manera excepcional fuera de su periodo habitual de caza, en los terrenos que lo han solicitado y han probado que las aves estaban causando daños en los cultivos.

Esta medida ha causado una gran controversia entre los cazadores, ya que algunos de ellos no ven justificado cazar la especie en época de cría. Abogan por otro tipo de acciones para expulsar a las aves de los cultivos.

 

Una plaga de palomas torcaces devora la cosecha de girasol

Estas imágenes, grabadas la mañana de ayer en el Poblado de Doña Blanca, pedanía de El Puerto de Santa María, se han convertido en habituales para los conductores que circulan por las carreteras de algunos de los municipios del litoral de Cádiz. Inmensos bandos de palomas sobrevuelan rastrojos y cultivos.

 

Estas aves, según la persona que nos ha enviado estas imágenes, proceden de un dormidero ubicado en las zonas arboladas de la zona residencial de Vistahermosa, en el Puerto de Santa María. A 60 kilómetros de distancia, en el Pinar de Roche, en Conil de la Frontera, hay otro dormidero en el que cada tarde se reúnen también miles de torcaces.

 

Miles de palomas torcaces sobrevuelan cada mañana los cielos de un municipio gaditano

Un bando de palomas como este puede devorar más de 80 hectáreas de girasol diarias

Las palomas pueden ingerir un 15% de su peso en alimento, unos 60 gramos aproximadamente. En el caso de la paloma torcaz esta cifra se puede elevar a 90 gramos. Si extrapolamos esta cantidad a un bando de torcaces con más de 1.000 ejemplares, las aves pueden ingerir diariamente más de 900 kilos de pipas. En años de escasas precipitaciones como este, una hectárea de girasol de secano produce unos 900 kilos de pipas.

 


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