Dos enormes perros protectores del ganado ponen en una difícil y peligrosa situación a un cazador
Esta es la reacción de los perros protectores del ganado cuando encuentran al cazador en las cercanías del rebaño. Los perros pastores defenderán al ganado que protegen de cualquier ser que consideren una potencial amenaza.
Los kangales son perros acostumbrados a enfrentarse a lobos, hienas osos o grandes jabalíes. Los depredadores que acechan al ganado son sabedores de la valentía y la bravura de estos perros. De ahí que teman a enfrentarse con sus poderosas mandíbulas. La mordida del kangal turco es de 743 PSI. La raza está reconocida por la Federación Cinológica Internacional.
El troquelado en los perros protectores del ganado
A tenor de la situación sufrida por el cazador turco Mehmet Akkaya durante una cacería, el celo de los perros guardianes del ganado hacia los animales que protegen parece no tener límite. Este nexo se logra mediante la impronta en los perros pastores. El cachorro, desde que cuenta con pocos días de vida, se cría con las reses con las que va a convivir el resto de su vida. Un perro está preparado para cuidar del rebaño cuando marca el territorio, se interesa más por las ovejas que por su amo y se interpone entre las reses y cualquier potencial amenaza.
Un cazador con nervios de acero
El turco mantiene la calma en todo momento pese a la proximidad de los dos perros. Uno de los kangales hace ademán en varias ocasiones de morderle. El cazador se limita a alejarse lentamente de las ovejas mientras mueve el cañón del arma y alza la voz. Los conocimientos del cazador de las costumbres de los perros pastores le permiten salir indemne de la situación. El otomano, de haber sabido de la localización del rebaño, no se habría aproximado a él. Los canes dejan de acosar al hombre cuando consideran que está a la distancia necesaria para no representar un peligro para el ganado.
Javier Fernández
