Majadahonda, en Madrid, gastará 600.000 euros de sus contribuyentes en el control de jabalíes, conejos y cotorras en sus terrenos municipales
Perros pastores para conducir a los jabalíes fuera del municipio, jaulas trampa, hurones y capillos para capturar conejos o aves rapaces para dispersar a las cotorras. Te contamos cómo una empresa privada va a intentar controlar la fauna silvestre que se ha urbanizado.
Los problemas ocasionados por la fauna silvestre en diferentes puntos de nuestra geografía preocupan mucho a las administraciones. Es el caso de Majadahonda, un municipio de más de 70.000 habitantes de la zona oeste de la Comunidad de Madrid. Allí, no solo los jabalíes, sino también los conejos y una especie introducida y que se reproduce de manera incontrolable, la cotorra, traen de cabeza a los responsables del consistorio. Tanto, que van a invertir 600.000 euros en pagar a una empresa que se encargue de atrapar y expulsar a las tres especies de sus terrenos.
“Los jabalíes han entrado a formar parte de nuestro paisaje en los últimos años”, explica el consistorio. Y expone que “Se acercan a nuestros parques y zonas forestales e, incluso, a nuestras casas y jardines en busca de comida y agua”. A continuación, llega lo realmente sorpresivo, que es que una administración asegure que estos animales “No muestran actitudes agresivas. Su comportamiento por lo general es pacífico, pero puede causar sorpresa e incluso alarma cuando se convierten en vecinos habituales al caer la noche”. Coexistir con ellos es posible”. Sobre todo, asistiendo a los múltiples ataques que estamos conociendo en los últimos años protagonizados por jabalíes y tras los cuales han resultado heridas mascotas, personas adultas e incluso niños.
Una empresa especializada en el control de fauna urbana
La empresa abulense IberAvex será la encargada de ello en un contrato de cuatro años de duración que se extenderá hasta 2028. Cuenta con técnicos expertos en el control de la población de mamíferos, como así reflejan en su página web, con apartados dedicados al jabalí, al conejo y al gato, así como de la fauna urbana. Lo primero que deberá realizar es un censo de los animales que se internan en el municipio o conviven en él y aquellos que se encuentran en los alrededores y es probable que entren en la zona urbana.
Perros de ‘razas especializadas’ para ahuyentar a los jabalíes
No es algo novedoso. Esta misma empresa reconoce que lleva cuatro años trabajando para Majadahonda con perros guiados por adiestradores para que los jabalíes los teman y no se acerquen a estos pastores belgas malinois, perros lobos cántabros, perros de pastor alemán o pastores australianos. Además de asustar a los jabalíes, los perros deben ser capaces de guiar a los jabalíes para alejarlos de las calles, carreteras y zonas habitadas. Pero, cuando no es posible asustarlos, intentarán capturarlos. Es cuando entran en acción las jaulas trampa o los dardos anestésicos.
Cotorras: capturas en vivo
Como en múltiples zonas verdes de la Comunidad de Madrid, las cotorras se han convertido en el más vivo ejemplo del concepto de especie invasora. Se reproducen exponencialmente cada primavera y colonizan nuevas áreas, desplazando a otras especies autóctonas y ensuciando todo a su paso. A pesar de esto, la empresa reconoce que su plan es capturarlas vivas o desplazarlas con ayuda de aves rapaces, dejando el uso de carabinas de aire comprimido como último recurso.
Conejos, con la leishmaniasis como amenaza
Los lagomorgos y lepóridos han demostrado ser peligrosos reservorios del virus que causa la leishmaniasis. El caso de las zonas periurbanas del sur de Madrid registrado entre 209 y 2015 y que afectó a 800 personas, desveló que las liebres ibéricas y los conejos silvestres de la zona fueron los transmisores de Leishmaniasis infantum a través de las picaduras del Phebotomus perniciosus, un pequeño mosquito que pica a un animal infectado y, con posteriores picaduras, contagia el virus.
Y, debido al aumento de las poblaciones de conejos en los alrededores del municipio, la empresa destinará técnicos a la captura de ejemplares vivos con hurón y capillo.