La ‘media veda’ particular de la ciudad de Burgos para reducir el número de palomas
Burgos

La ‘media veda’ particular de la ciudad de Burgos para reducir el número de palomas

Redes y halcones son las herramientas utilizadas por técnicos del ayuntamiento de Burgos para capturar y eliminar unas 2.700 palomas bravías cada año de las calles del centro urbano de la ciudad castellanoleonesa. Ahora se suma el uso de una carabina de aire comprimido recién adquirida por el consistorio.


Trabajadores del Servicio de Salud y Medio Ambiente de Burgos suelen ser vistos por las calles de la ciudad cebando con alimento especial y accionando redes mecánicas cuando las palomas acuden al festín.

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Trabajadores del ayuntamiento de Burgos capturando palomas con redes.

Dispararán a las palomas torcaces con una carabina de aire comprimido

A pesar de esto, cada año cuentan más ejemplares de esta especie caracterizada por colonizar zonas urbanas y criar sin preocuparse de más depredadores que las rapaces que se atreven a entrar en estos entornos poblados o los gatos domésticos que vagan por esas calles. Esto ha convertido a las palomas en un grave problema para la salud pública de la ciudad. Un alegato utilizado por los responsables del ayuntamiento para justificar las nuevas medidas que se van a llevar a cabo y no verse perjudicados por la ley de Bienestar Animal, que establece que "las entidades locales antepondrán el control poblacional no letal de la fauna urbana en sus planes de actuación en materia de protección animal garantizando los derechos de los animales". Pero existe un condicionante que permite ese control letal o, lo que es lo mismo, el sacrificio de animales como estas aves, y es "por motivos de seguridad de las personas o animales o de existencia de riesgo para la salud pública debidamente justificado por la autoridad competente".

Ha sido el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, el que ha confirmado la adquisición de una carabina de aire comprimido a través de un contrato menor por importe de 1.200 euros, detallando que será empleada siempre con el apoyo de la Policía Local en aquellos lugares en los que se constate una concentración excesiva de palomas torcaces.

Una medida que ha puesto de uñas a los animalistas, que no salen de su asombro por lo que “El ayuntamiento de Burgos entiende por bienestar animal, comprar una carabina para matar palomas en la ciudad”, instando a los suyos a protestar ante las autoridades. A pesar de esta pataleta, la cuidad de Burgos operará conforme a la ley ante una especie, la paloma torcaz, que se ha multiplicado en los últimos años, conviviendo con la bravía y causando aún más suciedad. A esto hay que añadir que resulta más complicado atraparla con redes o con las aves de cetrería, debido a su carácter más esquivo.

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En los cultivos, se acudirá a los cazadores

Otra medida, ya fuera del entorno urbano, consistirá en tramitar permisos para que los agricultores de las tierras limítrofes con la ciudad, que llevan años quejándose del daño que ocasionan las torcaces en sus siembras, opten por la posibilidad de pedir ayuda a los cazadores para que puedan apostarse allí y, además de evitar los daños, cortarán la entrada de muchas de estas palomas en su camino hacia la ciudad.

Halcones que críen en la ciudad

Dos cajas de cría especialmente diseñadas y colocadas para albergar halcones peregrinos conforman un proyecto paralelo y complementario al uso de redes, de la carabina y de los cazadores en los alrededores de la ciudad. Con esto se pretende que el principal depredador natural de palomas se haga más presente en la ciudad. Por ello, se introducen cuatro machos y dos hembras con la esperanza de que críen en ellas y se queden permanentemente ahí motivados por la cantidad de presas a su alcance.

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