Graba con un monocular térmico un ciervo de 20 puntas durante una espera nocturna en una finca abierta
Un cazador andaluz ha recibido una inesperada visita mientras trataba de controlar la población de cochinos hibridados que está causando graves daños en los almendros y frutales de la provincia de Málaga.
En gran parte del sur de Andalucía, excepto en las fincas cercadas, está en serio peligro la pureza genética del jabalí. Un alto porcentaje de los ejemplares abatidos están cruzados con cerdos domésticos o vietnamitas. José Manuel, un esperista de la provincia de Málaga, pese a la llegada del verano continúa realizando aguardos nocturnos varias veces por semana con el objetivo de eliminar el mayor número posible de cochinos híbridos.
La caza del ciervo en el periodo de berrea
El cazador cuenta los días para la llegada del tiempo de celo del venado. En esta fecha intentará abatir al imponente macho que ha cazado el monocular de la marca ThermTec modelo Wild 335L. Según el cazador, el majestuoso ejemplar cuenta en la cuerna con al menos 20 candiles.
Renovación de la cuerna de los ciervos
Durante las últimas semanas de invierno y las primeras de primavera la mayoría de los ciervos machos desmogaron. Esta temporada, al igual que en la anterior, la falta de lluvia y de recursos en el campo está condicionando el crecimiento de la cuerna de los venados. La nueva cuerna comienza a crecer desde el instante en el que los ciervos desmogan. Seguirá creciendo hasta finales de julio, momento en el que la sangre deja de fluir por las astas.
Así pierden los ciervos sus cuernas
El ciervo grabado por el cazador andaluz tiene el trofeo cubierto de terciopelo. Al no estar irrigada la cuerna, la borra comienza a producirle picazón a los machos. La forma de aliviar el picor es restregar las astas contra los árboles y bloques de piedra. Cuando lleguen las primeras lluvias, los venados lucirán sus trofeos en su máximo esplendor.