La siesta de los gazapos: encuentra varias crías de conejo descansando en su huerta
Inmóviles y sesteando. Así ha encontrado un cazador a la camada de conejo en una zona de cultivo. Las imágenes nos enseñan al menos a cinco conejos de pocas semanas de edad, ajenos a todo lo que los rodea.
El cazador Javier Torrico, colaborador habitual de Club de Caza, nos cuenta que la madriguera no estaba lejos y que se limitó a grabar a los gazapos y, tras esto, se alejó del lugar para no exponerlos a los ojos de los múltiples depredadores que los acechan en esa zona, sobre todo en forma de córvidos, rapaces y zorros.
Los conejos suelen permanecer en el interior de las madrigueras aproximadamente tres semanas tras nacer. A partir de esa corta edad, ya son capaces de moverse con cierta agilidad y, a pesar de que seguirán mamando de su madre unos días, comienzan a explorar los alrededores de la gazapera. Hasta ese momento, la coneja habrá acudido a su lado un par de veces cada día para alimentar a los entre 3 y 6 crías que suelen componer la camada. Aunque su alimentación ha sido descrita por investigadores como R. Hudson y col. en la investigación titulada “Tres minutos al día: el comportamiento de los gazapos con un cuidado maternal limitado”, donde encontramos lo siguiente:
-“Durante la primera y segunda semana de vida, los gazapos dependen exclusivamente de la leche materna para poder satisfacer sus necesidades de alimento. Sin embargo, durante la segunda semana empiezan a consumir las deyecciones sólidas depositadas por su madre en el nido, así como empiezan a mordisquear el material del nido. Al principio, este consumo es muy reducido, pera hacia la mitad de la tercera semana la cantidad ya es apreciable”
Las conejas ‘entierran’ a sus crías para protegerlas
Una estrategia de supervivencia y protección de la prole consiste en cubrir la entrada de la hura con la tierra de alrededor para que pase desapercibida. Un comportamiento muy efectivo a la hora de ocultar el olor de los gazapos ante el fino olfato de los depredadores que los buscan incansablemente cada día. En el siguiente vídeo lo comprobamos con todo lujo de detalle. La hembra escarba afanosamente y poco después comienzan a salir las crías. Sin moverse de allí, las amamanta hasta que quedan saciadas.
Acto seguido, vuelven al interior del túnel y la coneja comienza a amontonar la tierra suelta que encuentra cerca de la entrada a la gazapera y que sacó de allí antes. Cuando ha tapado la entrada, con sus patas delanteras compacta un poco todo para que no llame la atención y vuelve al monte a buscar comida para ella.