La caza del jabalí en espera, en familia
Gracias a la colaboración de todos los integrantes de una estirpe de cazadores han logrado abatir un cochino de 120 kilos armado con unos impresionantes colmillos. Muchas horas de insomnio les ha costado a los cazadores hacerse con su trofeo.
El grupo de cazadores está formado por Nacho Cano, su mujer y su suegro. Los tres cazan el jabalí en espera en una finca abierta de Nuño Gómez, municipio de la localidad de Toledo.
El astuto jabalí burló durante dos meses los aguardos de los cazadores
El cochino fue visto por primera vez por los cazadores a principios de junio gracias a una cámara colocada en el punto de alimento en el que caza habitualmente el suegro de Nacho. Tras visitar varios días el cebadero desapareció. Este hecho hizo pensar a los cazadores que había sido abatido al tratarse de una finca abierta. A la semana, apareció en otra zona del coto, en la grabación de un dispositivo ubicado en el puesto de caza de la mujer de Nacho. Como no tenía horario fijo de entrada, ni visitaba a diario el comedero decidieron no tratar de abatirlo.
50 horas de espera para abatir al jabalí
Estas son las horas que necesitaron los cazadores para poder hacerse con el macareno. La primera jornada de aguardo Nacho y su suegro estuvieron esperando al macho desde las 21:00 horas hasta las 7:00. El segundo y el tercer día de caza, el cazador y su mujer aguardaron al cochino 8 horas y media. El cuarto y el quinto día de espera, Nacho lo aguardó en solitario. Tuvo que esperar hasta el sexto aguardo para lograr verlo. Y no desaprovechó la oportunidad. Abatió al macho de un certero disparo de su rifle Beretta BRX1 del calibre .300WM equipado con un visor Delta Titanium HD 2.5-10×56.