Cuando un jabalí quiere comer almendras, nada es capaz de detenerlo
El enorme cochino tira al suelo las almendras verdes que se encuentran en las ramas del árbol. Se yergue sobre sus patas traseras y se eleva de la superficie para alcanzar los frutos.
La avidez de los cochinos por las almendras les hace agudizar el ingenio cuando el fruto aún está cubierto por el pericarpio. De ahí que las plantaciones de almendros son lugares ideales para realizar esperas con el objetivo de controlar la población de jabalíes. Los cochinos, además de devorar los frutos, arrancan las ramas de los árboles para llegar a ellos y muerden las gomas de los sistemas de riego para saciar la sed, sobre todo en verano. Cien gramos de almendras proporcionan 589 kcal, 24 gramos de proteínas, 5,7 de carbohidratos y 4,5 de grasa.
El "ladrón de almendras" es un jabalí de más de 100 kilos armado con unos impresionantes colmillos
El administrador de un grupo de Facebook de nacionalidad rumana publica las imágenes captadas por una cámara de foto trampeo colocada en un almendral. Pese a que las almendras aún no están maduras, los cochinos acuden a los almendros para alimentarse de su fruto. Resulta sorprendente la estrategia del macareno para acceder a las almendras que se encuentran en las ramas del árbol teniendo en cuenta su morfología.
Se apoya en las extremidades traseras para colocarse en posición vertical, y así poder derribar los frutos con la jeta. No sintiéndose satisfecho con esto, además, se impulsa sobre las patas para alcanzar las almendras que están más altas. En más de una ocasión hemos visto a jabalíes escapando de trampas para cerdos delimitadas con vallas de entre 1,5 y 2 metros de altura.