Cazadores que miman las especies: la conservación de la perdiz roja y el esfuerzo que supone
Hoy conocemos la historia de unos cazadores conservacionistas. Apasionados por igual de ambas caras de la misma moneda, que invierten sus recursos económicos, así como de tiempo y esfuerzo, en mantener las poblaciones de especies cinegéticas y protegidas que habitan en el acotado que gestionan.
Se trata de dos aficionados a la caza, Ángel y Uru, encaminados en buscar el equilibrio entre la explotación de los recursos del campo, sus animales y las personas que conviven en zonas rurales con estos, compartiendo una afición que actualmente se encuentra muy cuestionada e incomprendida para los tiempos que corren.
“Cada uno de nosotros hemos ejercido esta actividad a lo largo de nuestra vida en distintas zonas del país, donde hemos podido comprobar que, tanto en la caza mayor como en la menor, para una misma actividad cinegética a desarrollar se practican de diferentes maneras o artes como se conoce en nuestro argot y que, esta diversidad, en nuestro caso, nos ha hecho comprender las carencias y dificultades de la actividad de la caza si no nos implicamos. En primer lugar, los cazadores, con un servicio de mantenimiento, limpieza, aporte de agua y alimentos en las fechas del año cuando mayor dificultad encuentran los animales y, en segundo lugar, ayudando a los agricultores a mantener una población de animales equilibrada para que las cosechas sufran el menor daño posible ante una sobrepoblación de la fauna autóctona.
Gestión para ayudar a la fauna local
Como hemos dicho, llevamos unos años restaurando en nuestro coto bebederos que se encontraban en desuso por falta de mantenimiento, algunos deteriorados, etc., en definitiva, inoperativos.
Además de la recuperación de estos bebederos, hoy por hoy ya se encuentran todos operativos y en perfecto uso, consiguiendo notables beneficios puesto que, con la instalación de cámaras de foto trampeo, hemos podido constatar que acude todo tipo de animales, tanto los incluidos en la actividad cinegética como aquellos que no lo están, aportándoles un refuerzo de agua en las fechas dónde más falta les hacen.
También grano para los animales
En este mantenimiento, debemos incluir la instalación de dispensadores de grano en contenedores cercados por mallazo para evitar que los animales de mayor tamaño puedan destruirlos, como es el caso del jabalí, habiendo podido comprobar que esta protección surte efecto y ha permitido a las especies pequeñas introducirse en los comederos de grano, consiguiendo igualmente un refuerzo en la alimentación de estas especies.
Censos de perdiz
Por otro lado, en estos últimos años hemos intentado censar la población de los bandos de perdiz que hemos visto, claro está, echando horas y horas en el monte, de otra manera es imposible hacerlo, pudiendo constatar que la población de perdiz ha ido aumentando considerablemente, posiblemente, por las ayudas que hemos conseguido implantar poco a poco con esfuerzo, tiempo y dedicación.
Más bandos y más pollos en cada uno
Como resultado, podemos aseverar que las polladas de este año están por encima de los 15 bandos de perdiz, compuestos por unos 10-12 ejemplares jóvenes, y todo ello pese a la orografía del terreno y a la sobrepoblación de depredadores como el jabalí, zorro, águilas, etc. Por otro lado, no sólo depende del esfuerzo humano para que la densidad de población de perdiz se vea incrementada, está claro que el clima, las lluvias, factores humanos, etc., influyen significativamente en este índice, pero por suerte, este año el monte está espectacular con una densidad de perdiz significativa resultado de un trabajo previo, desinteresado, altruista y con muchas horas en el monte y en la espalda.
Más ayuda para los animales cada año
Para este año, reforzaremos aún más nuestro coto con cuatro bebederos y con cuatro dispensadores de grano ubicados en zonas donde hasta ahora no había y tenemos la certeza de que con ello, en cuestión de poco tiempo, obtendremos resultados óptimos.
De hecho, este tipo de mejoras, si se mantienen cada año conseguiremos tener una población de animales considerable, permitiendo con ello, que la actividad de la caza sea más divertida y enriquecedora si cabe.
Para nosotros la caza no consiste en abatir animales indiscriminadamente sino, buscarlos a través de sus huellas, seguirlos, encontrarlos con los perros, averiguar sus querencias y costumbres. En definitiva, respetarlos y disfrutar de esta actividad tratando de proteger la perdiz, evitando aquellas zonas donde se hayan podido abatir más ejemplares para dejar con ello ‘madre,’ como solemos decir, para garantizar que al año siguiente se puedan recuperar estos bandos y volver a disfrutar de ellos, igual o más”.