Luchas a muerte entre corzos en época de celo
En plena época de celo del corzo, los machos salen de sus escondrijos en el monte para intentar satisfacer sus instintos de perpetuación de la especie.
Los meses más calurosos del verano coinciden con la época de mayor temperatura hormonal en los corzos. A diferencia en lo que ocurre en otras especies de cérvidos, que experimentan esta calentura corporal en septiembre, octubre y noviembre, el capreolus adelanta esta época de búsqueda de hembras y competencia por ellas con otros machos a julio y agosto, dependiendo de la zona, sobre todo entre la primera semana de julio y la primera de agosto.
El corzo, ese animal con aspecto de peluche y carácter de bestia
A pesar de que las más conocidas son las peleas entre machos debido a los elevados índices de testosterona que afloran en la época de celo, las hembras también demuestran un comportamiento territorial y de protección muy marcado y que demuestran con ejemplares de su misma especie. No veremos a las hembras pelearse entre sí para quedarse con un macho, pero sí lo pueden hacer para defender una zona en la que encuentran variedad de recursos alimenticios.
Podemos distinguir, pues, distintos motivos por los que luchan ambos sexos. Y, en el caso de los corzos, la territorialidad y el instinto de procreación son los que les llevan a enfrentarse de manera extremadamente violenta a otros congéneres que intentan desplazarlos de la zona en la que se han asentado en estos meses.
Una cazadora se acerca muchísimo a dos absortos machos peleando
El primero de los vídeos que compartimos hoy lo ha grabado una cazadora y maestra alemana de ciencias forestales y autora de libros enfocados para cazadores llamada Beatrice. Esta joven apasionada por la venatoria tuvo la suerte de encontrar una escena en la que dos encelados machos “estaban tan absortos en su pelea que ni siquiera se dieron cuenta de que estaba allí”.
Así pueden acabar estas peleas
Cuando embistes con esa violencia contra un adversario que cuenta con las mismas armas que tú, es decir, afiladas puntas en los distintos extremos o puntas de sus cuernas, pueden producirse lesiones graves.
Traumatismos en el cráneo, incisiones en arterias importantes localizadas en el cuello o pinchazos en distintas partes del cuerpo que son carne de infecciones que acabarán con la vida del animal herido. También se han documentado incisiones en una pata que originan cojeras temporales o permanentes, restringiendo el ágil movimiento de estos animales y convirtiéndolos en presa fácil para sus depredadores. Y muertes de uno de los contendientes debido al extremo ensañamiento que domina al vencedor en algunas ocasiones, como hemos podido visionar en las imágenes.