Estas son las consecuencias de las peleas entre los machos monteses
Un ejemplar de 12 años muestra en su rostro la cicatriz que le ha dejado el enfrentamiento con otro macho en época de celo. A pesar de la gravedad de la lesión el animal ha logrado sanar la herida, aunque ha quedado mermado de por vida.
Las imágenes del ejemplar han sido captadas por el veterinario, cetrero y pescador ceutí Alfonso Morey en Sierra Bermeja, cordón montañoso que conforma el flanco suroeste de la Serranía de Ronda. Esta zona, en la que se encuentra el Paraje Natural Los Reales de Sierra Bermeja, uno de los pinsapares más importantes de la Península Ibérica, se vio afectada por dos incendios que arrasaron más de 11.000 hectáreas los años 2021 y 2022.
Un macho montés en el ocaso de su vida
Este ejemplar de cabra montesa hispánica, subespecie de cabra montés más ampliamente distribuida por la península ibérica, cuenta, a tenor del criterio del experto en la especie Sebastián García, autor del libro Vivencias con el Macho el Montés, con al menos 12 años de edad.
El macho presenta, según el veterinario que lo ha fotografiado, en su ojo izquierdo una queratitis de la córnea, es decir una cicatriz que cura una úlcera ocular pero no recupera la transparencia de la misma. El animal, como consecuencia de una pelea con otro ejemplar de su mismo sexo, ha sufrido un traumatismo que le perforó la córnea del ojo izquierdo. Por suerte ha conseguido resolverlo de manera natural aunque la cicatriz le ha dejado una pequeña nube para siempre en el ojo. La secuela de por vida de la lesión es una merma en la vista que le impide el cálculo de las distancias.
Los combates por el territorio en la época de celo de la cabra montés se producen los meses de noviembre y diciembre. En este período los machos chocan sus cabezas en unas espectaculares pugnas. Estas peleas no suelen ocasionar daños graves entre los contrincantes.