Un joven cazador abate un corzo con un trofeo único después de varios meses tras su pista
Crónicas de caza

Un joven cazador abate un corzo con un trofeo único después de varios meses tras su pista

El cazador gallego de 19 años con la caza de este ejemplar pone un brillante colofón a su temporada corcera. Lo ha abatido en una finca abierta de la provincia de Orense haciendo uso de un reclamo de corzo buttolo.


Néstor Martínez-Calabuig analiza el trofeo del corzo abatido por Héctor Araujo, colaborador habitual de Club de Caza. El veterinario está participando en un estudio sobre la miasis en el corzo causada por Cephenemyia stimulator en la Península Ibérica.

Según el profesional, la causa de la deformación en la cuerna izquierda del macho «fue posiblemente provocada por un golpe durante la formación de la cuerna en el punto donde se tuerce».

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Dedica sus vacaciones de verano a la caza

El gallego es un apasionado a la caza del jabalí con perros y al rececho del corzo. El perrero es propietario de una rehala compuesta por podencos andaluces.

No es la primera vez que Héctor intentaba el abate de este corzo

El cazador describe con sus propias palabras la felicidad indescriptible que sintió cuando logró hacerse con el trofeo de este astuto animal:

«Sabía que la temporada corcera no podía acabar sin otra alegría.Pero jamás imaginé que finalizaría con el abate de aquel corzo que pude ver hace meses tan sólo una vez.Un corzo que me llamó la atención por su rareza en la cuerna izquierda, que apenas me dió oportunidad de observarlo con detalle.Numerosas salidas, mañanas y tardes interminables, nunca fui capaz de poder verlo antes del día de su captura para valorar su cuerna.

Pero como todo en esta vida, el que la sigue la consigue.Y así fue».

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Caza de corzo con reclamo

«El sol comienza a bajar, la luz cada vez es menor. Tranquilamente y en silencio entro en un robledal, camino hacia la misma siembra donde ya había visto a mi corzo hace meses.Me asomo al cultivo, a simple vista no hay nada, la hierba está alta, pero mis ojos ven un bulto entre la vegetación. De repente un corzo levanta la cabeza, lo meto en el visor.Es él,sin lugar a dudas. Rapidamente me preparo, encaro el rifle, pero el corzo arranca, que mala suerte. Hago uso del reclamo buttolo y el macho se detiene. Cuando está 150 metros de distancia apreto el gatillo de mi rifle Bergara monotiro del calibre 243Win. El macho se derrumba al encajar el impacto. Me acerco y no doy crédito, el animal que tanto quería,ya estaba en mis manos.

Un corzo adulto, cumplido, con una rareza tan espectacular como única».

 


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