Cinco pollos de perdiz roja buscan refugio bajo el plumaje de su madre
La escena, grabada en la montaña leonesa, resulta enternecedora. Los polluelos se pierden entre las plumas de la hembra para protegerse de las altas temperaturas y de las pisadas del ganado que se encuentra en las cercanías.
El fotógrafo y naturalista Nardi López ha grabado estas tiernas imágenes en la montaña leonesa, cordón montañoso que ocupa todo el noroeste de la provincia de León. Sus picos de mayor altitud superan los 2.100 metros.
¿Por qué se refugian los pollos de perdiz roja bajo las plumas de su madre?
Las plumas permiten a los pájaros controlar su temperatura corporal. Entre el plumaje se generan huecos que actúan como aislante térmico. De ahí que en momentos de calor extremo o frío intenso los perdigones se coloquen bajo el cuerpo de la pájara. Cuando los pollos cuentan con escasas semanas de vida una helada nocturna, las precipitaciones de lluvia o granizo o las altas temperaturas pueden acabar con un alto porcentaje de aves.
Las poblaciones de perdiz roja que habitan en media y alta montaña se encuentran en recesión
Estas son las posibles causas que están provocando la disminución del número de perdices en las zonas montañosas. La pérdida de la calidad del hábitat, la presión predadora, por parte sobre todo de jabalíes, zorros, córvidos y gatos asilvestrados, supone una importante pérdida de nidos y de perdigones. La perdiz grabada en León solo va acompañada de 5 pollos, el abandono de las prácticas agrícolas, las enfermedades transmitidas por pájaros liberados sin ningún tipo de control, el declive del conejo y la liebre, en ocasiones el exceso de presión cinegética, pese a que la mayoría de los cazadores se autoimponen cupos en función del número de ejemplares existentes, y las prácticas ganaderas excesivas en determinadas zonas. Un informe publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, cifra la pérdida en el número de pollos en un 65%.