Una culebra de escalera de gran tamaño y desvergonzada intenta comerse los reclamos de perdiz roja delante de su propietario
El colectivo cinegético respeta en todo momento a los potenciales depredadores protegidos, pese al número de bajas que provocan en las poblaciones de perdices, conejos y liebres. El cazador se limita a guiar a la serpiente fuera de la habitación en la que se encuentran los perdigones.
El propietario de los machos de perdiz roja es uno de los gestores de la granja de perdices rojas El Carbonero, situada a más de 1.000 metros de altitud en los campos de Alcázar de Venus, localidad perteneciente al municipio de Órgiva. En la finca gestionada por la pareja de cazadores habita una importante población de perdices y conejos, pese al gran número de depredadores que hay en el terreno.
La culebra de escalera no es venenosa, pero tiende a ser bastante agresiva si se siente en peligro
Cuando el cazador fue a la habitación en la que tiene a sus reclamos encontró una culebra de escalera, especie de gran tamaño, puede superar los 1,60 metros, acechando a los pájaros. El ofidio no había acabado con la vida de ninguno de ellos. Cuando la presa no es de pequeño tamaño para cazarla con los colmillos, la matan por constricción. La reacción de la serpiente al ver al cazador fue tratar de escapar, pero también deja clara la agresividad de la especie cuando se acercan demasiado a ella.
El reclamista, gran conocer de las costumbres de la fauna silvestre de la Península Ibérica, no acosa en ningún momento a la culebra para que no se sienta amenaza. El depredador abandona la edificación sin causar percance alguno a los cazadores.
La culebra de escalera no es venenosa
Se trata de una de las 11 especies de serpientes que habitan en la Península Ibérica. Los ofidios venenosos que podemos encontrar en España son las víboras del pirineo, cantábrica y hocicuda y las culebras bastarda y cogulla.