Los perros de caza en Cuba

Los perros de caza en Cuba

Quién sabe si, algún día, todos los cazadores cubanos lleguen a tener acceso a los perros de pura raza. En mi opinión tendrían que cambiar muchas cosas para poder disfrutar ese momento. Lo que sí es un hecho es que cuentan con perros que, a pesar de que conviven con un gran mestizaje, son capaces de compartir los más memorables lances cinegéticos y eso ya forma parte de nuestra historia.


Polemizar sobre cuál es la raza ideal para las diferentes modalidades de caza que practican los cazadores cubanos sería un sinsentido, partiendo de la poca experiencia que existe actualmente en el país sobre el trabajo con la gran mayoría de ellas.

 

Muchas razas cuentan con características que quizás convertirían a sus ejemplares en excelentes compañeros de largas jornadas cinegéticas en nuestros campos antillanos. Baste señalar como ejemplo, en la muestra, al pachón navarro o al braco de Auvernia, (presente en nuestro país a principios del siglo pasado), el podenco maneto, para la cacería de liebres, o la gran gama de retrievers o spaniels para el cobro y el levante.

 

Por eso prefiero hablar de nuestro mestizo, ese que ha hecho tan feliz, por años, a nuestros cazadores, el producto de una evolución que me permito comparar con los elementos que forman nuestra cubanidad, y que tan sabiamente definiera don Fernando Ortiz cuando dijo: «(…) no es solo el resultado, sino el mismo proceso de su formación, los elementos que entran en acción, el ambiente en que se opera y las vicisitudes de su devenir». Sin hacer referencia a los perros de rastro, aunque no existe un tipo fijado, por lo general descienden del pointer y muchos cazadores lo definen como tal, mostrando preferencia por esta raza de perro.

 

Se caracterizan por su gran resistencia y versatilidad, siendo capaces de resolver todas las necesidades de nuestros cazadores, desde una muestra firme hasta un excelente cobro durante las horas más calurosas del día.

 

Lógicamente, el mestizaje nos lleva a no tener estas características al mismo nivel en todos los ejemplares, pero sí en cualidades que se han desarrollado y fijado en función de las necesidades del cazador a partir de determinados ejemplares famosos por sus ‘hazañas cinegéticas’ en una zona específica. Tienden a ser de tamaño medio, de pelo liso que deja al descubierto su fuerte musculatura, características que favorecen el trabajo en nuestro clima.

 

De sus cualidades venatorias no podemos dudar; criados y seleccionados por años en función de las especies cinegéticas existentes en el país, esta es una de las razones por las que nuestros mestizos demuestran eficiencia en el campo, sin menospreciar el valor de los perros de raza, de cualidades reconocidas, durante años, frente a las desventajas del mestizaje. A esto podemos agregar que, hasta el día de hoy, nadie ha logrado crear una raza en nuestro país que se adapte a las condiciones del clima y a la cacería que se desarrolla en Cuba.

 

Personalmente, considero que nuestros mestizos se han ganado un lugar relevante en la historia de la cinegética en la isla e, igualmente, subrayo la importancia de que los cazadores cubanos conozcan las diferentes razas de perros de caza. De ahí el trabajo que viene realizando el Club Pointer de Cuba, pero esa es otra historia…

 

This article is also available in English: Cuba's mixed-breed dogs: the unexpected heroes of hunting

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