Cinco sabuesos le pisan los talones a una rápida liebre

Lo realmente impactante de estas imágenes es que la persona que las graba se convierte en un protagonista más. La liebre corre, más pendiente de lo que la persigue por detrás que de lo que queda delante de ella. Es por esto que su rápida carrera la lleva a pasar casi rozando a la cámara y a quien la porta.

En el último momento parece darse cuenta de su descuido y realiza un vertiginoso recorte, suficiente para no chocar de frente. Sus pasos son seguidos de cerca por los canes. Un total de cinco rastreadores presionan a la rabona a corta distancia, y nos regalan, junto a ella, una escena de gran belleza.

Perros especialistas en seguir el rastro de las liebres

Estos sabuesos de color negro y fuego y de tamaño mediano se asemejan mucho a los originarios de Austria, una raza de perros de rastro empleadas para la caza de distintas piezas de la venatoria, entre ellas las liebres. Debido a la rapidez con la que sucede todo y lo escasamente que podemos observar a los canes, también podría tratarse de sabuesos húngaros o de Transilvania, sobre todo deteniéndonos en las manchas de color fuego que lucen sobre sus ojos (conocidas como manchas cuatro ojos).

La liebre y sus estrategias para escapar de los perros de rastro

Podemos repasar algunos de los recursos más utilizados por esta especie para no caer en las fauces o garras, tanto de múltiples depredadores como de los perros de caza.

-Los regates de la liebre: los mejores del reino animal.

¿Quieres ver a una liebre recortando y efectuando múltiples regates mientras huye?

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-Saltos inverosímiles para esquivar ataques inminentes.

Sin duda, lo más llamativo del repertorio de defensa de esta potencial presa de tantos y tantos depredadores. La liebre es capaz de hacer uso de los resortes que tiene en las piernas para sortear embestidas de rapaces, perros, raposos… y protagonizar saltos muy largos y en los que alcanza alturas impresionantes.

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-Volver sobre sus pasos y realizar largos saltos para difuminar su rastro. La liebre sabe que los que la persiguen, ya sean raposos, perros de rastro y otros depredadores, lo que hacen es seguir sus pasos favorecidos por

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-Inmovilidad: el mimetismo es su arma

Ya sea cuando está encamada descansando o cuando el agotamiento físico la obliga a tomarse un descanso, la orejona acudirá su alta capacidad de mimetismo para tenderse en el suelo y dejar que su pelaje se confunda con los suelos de tierra y vegetación. Te dejamos uno de los vídeos más interesantes que dan muestra de todo esto, cuando una liebre decide tumbarse y dejar que los perros que la rastrean pongan a prueba sus cualidades cinegéticas.

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-La velocidad.

No podemos dejar de mencionar la altísima velocidad que puede desarrollar este animal, diseñado para correr y superar los 70 kilómetros por hora, algo inalcanzable para la práctica totalidad de sus perseguidores terrestres, excepto los lebreles. Te dejamos el enlace a uno de los vídeos más impresionantes que refleja esta cualidad de los lepóridos.

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