Así es como un jabalí alcanza las pipas de unos altos girasoles
El tallo del girasol puede elevar los frutos a distancias superiores al metro y medio sobre el suelo. Esto puede suponer un inconveniente para algunos animales que pretenden alimentarse de ellos, pero no para el jabalí.
El mejor momento para recolectar los girasoles es cuando los pétalos de las plantas comienzan a secarse y caer. Este es el momento de maduración idóneo para las pipas, pero también es cuando más llaman la atención y los estómagos de multitud de animales silvestres.
El girasol, un manjar para la fauna
Su nombre nos explica cómo funciona el girasol, ya que se trata de una planta que necesita la luz solar para crecer correctamente. Si queremos que alcancen la máxima floración y una adecuada fuerza en el tallo, será necesario que reciban luz natural prolongada durante al menos seis horas diarias. De hecho, estamos ante una planta heliotrópica, esto significa que estará orientada hacia la dirección del sol. Aunque durante varias etapas de su crecimiento, desde la fase vegetativa hasta la formación de los capullos, seguirá diariamente la dirección del sol. Cuando superan esta fase, el movimiento concluye y las flores quedan orientadas de manera permanente hacia el este.
Un campo de girasoles congrega una cantidad incontable de jilgueros
Y, además, nutritivo
Cuando las semillas comienzan los 15 días que dura el proceso de maduración, pueden alzarse entre 1,4 y hasta 3,5 metros en algunas variedades. Entonces, comienzan a recibir la visita de multitud de especies animales, tanto aves como ungulados y otros mamíferos de menor tamaño. El motivo reside en que estos pequeños pero numerosos frutos que crecen en cada flor contienen una elevada cantidad de nutrientes, entre los que destacan la proteína (9,6 gramos por cada 100), vitamina E (15,3 miligramos), 50 gramos de lípidos, 8,6 de glúcidos y una fibra alimentaria de 13 gramos en la misma proporción.
Este jabalí ha aprendido a doblar los tallos de los girasoles. Una vez logrado, coloca sus patas delanteras junto a la palma de pipas para que no se mueva de allí y comienza el festín. Todo ello, mientras un dron lo graba todo para dejar registrado quién es el culpable de los daños que está sufriendo el cultivo.