Dos perros de presa acorralan a un cachorro de oso hasta que llega la madre a poner orden
Se trata de dos perros de la raza cane corso, poderosos animales que en su genética llevan la guarda de propiedades y ganado bien marcadas. Pero en esta ocasión se enfrentan a un temible adversario.
Los animales se encuentran en una zona verde recreativa. Vemos césped recién cortado, caminos de asfalto y canastas de baloncesto, además de zonas valladas. Y es precisamente en una de estas áreas delimitadas por un pequeño vallado donde se produce el clímax de la grabación. Dos perros de la raza cane corso han perseguido a una cría de oso hasta allí. El osezno intenta trepar por la verja para escapar de los perros, que están muy cerca gracias a su mayor velocidad en carrera. Cuando el joven depredador llega a lo más alto del vallado, uno de los perros le alcanza y tira de su cuerpo hasta llevarlo al suelo.
En ese momento, la madre entra en escena para acabar con el atrevimiento de los molosos de origen italiano.
La osa deja patente su mayor tamaño y su ferocidad. Los perros no pueden más que esquivar las poderosas zarpas de mamá osa y sus afilados colmillos. Mientras esto sucede, vemos cómo el osezno aprovecha para trepar ágilmente a una de las palmeras que se encuentran más cerca. Allí aguardará hasta que su madre le llame una vez el peligro se haya alejado.
El cane corso, ganadero y cazador italiano
Descendiente del antiguo moloso romano que tantas veces hemos visto en ilustraciones y relieves protagonizando luchas contra gladiadores, su evolución ha estado encuadrada a una labor: la protección de ganado y propiedades. De hecho, la raíz latina de su nombre, cohors, se traduce por guardián de granjas. También ha sido destinado a la presa de animales de la venatoria como valioso asistente de cazadores. El tamaño que desarrollan es de hasta 68 centímetros medidos desde el suelo hasta la parte más alta del hombro en los machos, y un peso máximo admitido por su estándar oficial de 50 kilos.
