Rececho de corzo con arco
Un cazador catalán cambia el rifle por el arco para cazar un corzo con un notable trofeo. El arquero comparte con los usuarios de Club de Caza el abate del macho en una zona de siembra.
Con la llegada de la época de celo de la especie, son muchos los cazadores que se decantan por el uso de reclamos para atraer al pequeño ungulado. El más extendido entre los practicantes de esta modalidad es el reclamo de corzo buttolo. Este sistema permite imitar el sonido de la cría, de la corza en celo o de la hembra perseguida por el macho presionando con el dedo el reclamo. Los diferentes sonidos que emite el buttolo se logran dependiendo de la presión ejercida y de los orificios que se tapen del dispositivo.
En esta ocasión, el cazador usa el reclamo Clausen. Se diferencia del buttolo porque se utiliza con la boca y reproduce la llamada de corcino, la llamada de socorro de la cría y el sonido de cortejo de la corza cuando está con el macho. El arquero consigue atraer hasta 60 metros de su posición a la pareja de corzos haciendo uso del reclamo.
Mimetismo máximo para lograr el acercamiento al corzo.
La caza del corzo llevada a su máxima expresión
Uno de nuestros colaboradores habituales nos regala en un apasionante vídeo, publicado en el canal de YouTube del cazador, como logró vencer la partida a un corzo macho en un acotado de la provincia de Barcelona.
Tras varias semanas de observación, localizó a una collera de corzos en una zona abierta. A pesar de que este hecho aumentaba notablemente la dificultad del lance, el arquero decidió intentar cazar al macho de la pareja con su arco Hoyt RX5 Carbon con una potencia de 83 libras. Necesitó de tres intentos para que una de sus flechas impactase en el cuerpo del corzo.
Detalle del trofeo del corzo.
Un lance de extrema dificultad
En su primera tentativa no fue capaz de aproximarse al corzo. En el segundo rececho, tras una brillante aproximación, Sergio logró colocarse a 35 metros del macho, pese a estar situado a una distancia efectiva para la caza con arco la saeta no se detuvo en el ungulado. En el tercer día de caza vio al corzo a 400 metros de distancia. Pudo acercarse a unos 200 metros. La orografía del lugar no le permitía aproximarse más al ungulado. Para poner a tiro de arco al macho, el catalán hizo uso de un reclamo para corzos.
El cazador, su teckel y el corzo cuando el perro logró rastrearlo y encontrarlo.
Al oír el sonido del buttolo, hembra y macho se sintieron atraídos por el dispositivo. Llegaron a colocarse a 60 metros del cazador. Aunque la distancia de tiro no era la más adecuada, el arquero probó fortuna. La fecha alcanzó su objetivo y se clavó en el cuello del animal. A pesar de estar herido mortalmente, el ejemplar fue recuperado a un kilómetro del lugar del lance gracias a la intervención de Jara, una hembra de teckel de pelo duro propiedad del arquero.