Una liebre encelada la emprende a puñetazos con el mobiliario de un parque infantil
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Una liebre encelada la emprende a puñetazos con el mobiliario de un parque infantil

El celo de la especie es tan intenso que en ocasiones nos deja insólitas imágenes como estas. La rabona golpea con sus extremidades delanteras y muerde un coche infantil de resort al confundirlo con otro macho o con una hembra en celo que no desea aparearse con la belicosa orejona.


Las precipitaciones caídas a comienzos de primavera en gran parte de España han favorecido el crecimiento del pasto. Según Óscar Hernández, vocal de la Federación de Castilla y León de Galgos y de la Federación Española de Galgos, "los pastos más altos favorecen la cría de la liebre porque les permiten ocultarse de los depredadores". Este hecho y la escasa incidencia de la mixomatosis está ayudando a las rabonas a recuperar sus poblaciones.

 

La liebre no se percata de la presencia de la persona que graba el singular combate

No es la primera vez que hemos visto a rabonas en celo protagonizar situaciones tan sorprendentes como la publicada por una página de Facebook del este de Europa. En la grabación podemos ver como un vecino que pasea por un barrio residencial encuentra a una rabona en un parque infantil. Para su sorpresa, la orejona está golpeando y mordiendo un coche infantil de resort. Pese a la cercanía del humano la rabona continúa peleando con un rival imaginario o con lo que supone una hembra en celo que no lo acepta como pretendiente.

Una liebre peleando con un gallo

Las liebres luchan durante la época de apareamiento para hacerse con los mejores territorios o para reproducirse con las hembras. El celo de las orejonas las convierte en presa fácil para depredadores o furtivos. Hemos llegado a ver liebres acosando sexualmente a un cachorro de perro o a varios machos copulando con una hembra muerta en una carretera.

 


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