Un cazador evita la muerte de una jabalina por ahogamiento en un canal de riego con la ayuda del cazo de una retroexcavadora
Huesca

Un cazador evita la muerte de una jabalina por ahogamiento en un canal de riego con la ayuda del cazo de una retroexcavadora

La intervención de un rehalero y de las personas que forman parte de su cuadrilla de trabajo permitió que el cochino, que estaba apunto de ahogarse, pudiese ser devuelto a su medio. No es la primera vez que el cazador impide la muerte de un animal en una de estas trampas mortales para la fauna.


El cazador ha accedido a que se dinfundan las imágenes del rescate no para lograr popularidad, simplemente para mostrar a la sociedad que "son los cazadores y no los animalistas los que están a pie de campo para ayudar a la fauna cuando es necesario".

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Rehalero y capataz de obra de una empresa que repara canales de riego

Diego Esteban, es uno de los propietarios de la rehala Los Pulidores. Compuesta por podencos campaneros, paterninos, dogos argentinos y grifones. La rehala tiene sede en Frula, municipio perteneciente a la localidad de Almuniense, en Los Monegros, en la provincia de Huesca. El martes, mientras se encontraba trabajando en el canal de riego que pasa por Tamarite de Litera, localidad ubicada al este de Huesca, vio un jabalí nadando en el cauce.

 

El animal había caído en el agua y era incapaz de escapar por las empinadas rampas. Inmediatamente avisó de lo sucedido a uno de los maquinistas que trabajan con él. El operario estaba montado en una retroexcavadora situada a unos cientos de metros corriente abajo del punto en el que Diego vio a la cochina.

 

Un complicado operativo de rescate

Le dijo al conductor que introdujera la pala en el agua para intentar coger al jabalí mientras pasaba por ese lugar del canal. Por desgracia, el cazo del brazo articulado de la máquina era pequeño. La hembra pesaba 40 kilos y no cabía en su interior. Había que actuar rápido, ya que el suido estaba extenuado. Con la ayuda de la pala, evitaron que la cochina se ahogara acercándola a las paredes del cauce. La sacaron tirando de las extremidades el cazador y José Vázquez, un compañero de trabajo de este. La cochina necesitó cinco minutos para poder moverse. Estaba agotada.

 

Según el cazador, "en un primer momento, se ocultó arrastras en unos matorrales. A los 10 minutos, desapareció entre la vegetación". Días antes del salvamento, el rehalero intentó rescatar un corzo macho en el canal de Monegros. Desafortunadamente, cuando llegó al lugar en el que se encontraba el ungulado se había ahogado.

 


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