Motocicletas y sus propias manos, no necesitan más para capturar grandes jabalíes
Vídeos de caza

Motocicletas y sus propias manos, no necesitan más para capturar grandes jabalíes

En puntos del planeta en los que los jabalíes y sus cruces hibridados con cerdos domésticos dañan seriamente la producción agrícola, los cazadores y agricultores locales actúan contra estos animales en situaciones tan sorprendentes como esta.


Un jabalí hibridado ha sido descubierto acudiendo a una siembra a alimentarse de lo que allí han plantado los profesionales del campo. Estamos en Australia, uno de los países más castigados por la sobrepoblación de suidos y donde los métodos de caza y control de estos voraces animales son tan diversos que apenas encuentran restricciones. Hemos asistido a jornadas de control poblacional desde helicóptero, en las cuales la puntería de los tiradores puede llevar a que se acabe con una numerosa piara en pocos segundos. También se ha extendido la caza del jabalí australiano con arco. Pero lo más usual es que los cazadores acudan a perros de acoso y agarre para alcanzar y retener a los cochinos, perros sin miedo al jabalí.

Un ejército de cochinos invade una explotación ganadera

Persecución hasta agotarlo

De la misma forma, los preocupados granjeros se mantienen alerta ante las incursiones de los jabalíes. Se producen a cualquier hora del día. Son tantos los ejemplares y tan escasos los recursos naturales que encuentran en una buena parte del árido país, que se arriesgan a entrar en los cultivos a plena luz del día, no solo de noche. Y una de las formas más impactantes nos deja estupefactos en la siguiente grabación.

 

Así inmoviliza rápidamente al jabalí

Tras conducir su moto tras el jabalí hasta agotarlo, el cazador baja de la motocicleta y corre para alcanzarlo tras una breve carrera. En un primer momento, lo agarra de una oreja. De esta manera controla sus embestidas y evita ser alcanzado por los colmillos del animal. Tras asegurar su gran y cansado cuerpo, pasa a inmovilizar una de sus patas traseras. Al elevarla lejos del suelo, consigue desestabilizarlo y lo tumba para terminar de inmovilizarlo.

Comparte este artículo

Publicidad