Alerta por una plaga de garrapatas y por la proliferación de Lyme y la fiebre hemorrágica en León
La enfermedad de Lyme, que ya afectó a ocho personas el año pasado, vuelve a poner en alerta a la población leonesa. El crecimiento de la población de garrapatas es preocupante.
El Procurador del Común, el alto comisionado de las Cortes de Castilla y León, ha emitido una advertencia sobre el preocupante aumento de estos parásitos en la provincia durante los últimos años y anticipa un verano peligroso.
¿Por qué ese crecimiento en la población de garrapatas?
La garrapata de patas negras o de venado (Ixodes scapularis), de la familia Ixodidae, es la principal transmisora de la enfermedad de Lyme. El crecimiento descontrolado de vegetación y la maleza en terrenos y solares de núcleos urbanos han favorecido el aumento de este parásito. La mayor presencia de vegetación se debe, principalmente, a la temprana llegada de la primavera y las recientes y abundantes lluvias. Aunque la temporada de mayor incidencia es aproximadamente de mayo a octubre, se está observando una aparición adelantada de las primeras garrapatas debido a que los inviernos cada vez son más suaves y las primaveras cada vez llegan antes.
La enfermedad de Lyme
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana transmitida a los humanos a través de la picadura de las garrapatas infectadas. La bacteria que causa esta enfermedad se conoce como Borrelia burgdorferi y es difícil de diagnosticar debido a su naturaleza indolora y los síntomas inespecíficos bajo los que se suele presentar. Pese a la dificultad que conlleva su detección, con un diagnóstico precoz su tratamiento es sencillo y crucial para evitar complicaciones. En etapas tempranas la enfermedad se ataja con antibióticos orales como la doxiciclina y la amoxicilina. En casos más avanzados se suelen utilizar antibióticos intravenosos como la ceftriaxona.
Si no se trata, Lyme puede causar complicaciones serias como artritis persistente, problemas cardiacos y problemas neurológicos persistentes como la neuropatía periférica y la encefalopatía.
Sobre la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo
La Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una enfermedad viral que transmiten las garrapatas del género Hyalomma, también pertenecientes a la familia Ixodidae y los síntomas son peores que las de la enfermedad de Lyme. En primera instancia suele presentar un cuadro febril, dolores de cabeza, abdominales, musculares y articulares, así como vómitos y diarrea. A partir de la primera semana aproximadamente, empiezan a aparecer síntomas como las petequias, los hematomas y el sangrado nasal, bucal y urinario. En los casos más graves puede terminar en un fallo multiorgánico.
Lo peor de la FHCC es que no existe un tratamiento específico para ella. El manejo de esta afección está limitado al tratamiento de apoyo y a las medidas para controlar los síntomas como la hidratación intravenosa, las transfusiones, la terapia de reemplazo de coagulación y el uso de antivirales como la ribavirina, entre otros.
En León la situación preocupa
El crecimiento en la población de garrapatas en la provincia de León supone un mayor riesgo de contraer alguna de las dos enfermedades anteriores. El año pasado, ocho personas se contagiaron de Lyme y en 2022 hubo tres casos de la FHCC en la comarca de El Bierzo. De estos últimos, uno de los afectados terminó falleciendo.
“En ausencia de una vacuna eficaz, una manera de reducir la infección humana por fiebre hemorrágica de Crimea Congo, transmitida por picaduras de garrapatas y limitar su propagación, es sensibilizar sobre los factores de riesgo y educar a la población acerca de las medidas que pueden adoptarse para reducir la exposición a estos parásitos y, con ello, minimizar la incidencia del virus y la transmisión de la enfermedad”-señaló el Procurador del Común.
¿Pero cómo se pueden prevenir?
Aunque nadie está libre de estos parásitos y por ende de las enfermedades que transmiten, sí se pueden tomar algunas medidas. La primera de todas es usar ropa protectora, bien prendas específicas contra garrapatas o como mínimo de manga larga y colores claros. Por supuesto, usar repelentes de insectos y evitar, en la medida de lo posible, frecuentar zonas de matorral y con exuberante vegetación, ya que son las que más gustan a las garrapatas.