60 años cazando corzos al rececho en la Península Ibérica
Hablamos con un veterano cazador extremeño de 76 años sobre cómo ha cambiado la caza del corzo en España en las últimas seis décadas. El último corzo que ha abatido es un ejemplar con un trofeo atípico. De la roseta izquierda del macho nace una punta en dirección a la parte posterior del cráneo.
Hace dos años, gestores cinegéticos y cazadores informaron a Club de Caza sobre el crecimiento exponencial en los precios de los precintos de corzo. Esta subida de tarifas se ha visto reflejada en los anuncios publicados en redes sociales que ofrecen la posibilidad de abatir un corzo macho. En algunas zonas los gestores solicitan el pago de hasta 1.800€ para adquirir al permiso para cazar un macho. Esta elevación de cifras lleva a modestos cazadores a tener que esperar dos años para poder acceder uno de estos precintos en cotos sociales.
El cazador abatió su primer corzo hace 60 años
José Galán, cazador nacido en Extremadura y afincado en Madrid, se inició en la caza con 11 años. A esa edad acompañaba a su padre en la caza de la perdiz con reclamo. Con 16 años obtuvo el permiso de armas y la licencia de caza. Ese mismo año abatió su primer corzo en un coto de caza menor de Sevilleja de la Jara, municipio de la provincia de Toledo. Lo cazó a la espera con un rifle de su padre del calibre .30-06. Según el cazador, "en aquellos años en Toledo había mucho corzo".
Algunos de los recuerdos más emotivos del veterano cazador.
"La expansión de los ciervos y gamos ha expulsado a los pequeños ungulados de sus antiguos territorios"
"En aquella época había muchos menos aficionados a la caza del corzo de ahí que su abate era muy económico. En el coto de Sevilleja de la Jara estuvimos cazando 15 años. Hasta la fecha que nos pidieron una cantidad de dinero por la gestión del coto que no podíamos afrontar. En aquel periodo abatí cuatro ejemplares medalla de oro".
"A principios de los 80 comenzaron a subir los precios de los precintos de corzo"
"Tras finalizar el contrato de este coto gestionamos durante tres años una finca en el término de Buenas Bodas, entidad administrativa del municipio de Sevilleja de la Jara. Dejamos de cazar allí antes de terminar el acuerdo porque cercaron la zona. Ante la imposibilidad de gestionar un coto estuvimos unos años comprando precintos en diferentes acotados. En aquel tiempo, el importe del abate de un buen macho era cercano a las 100.000 pesetas".
La caza del corzo en familia
"Hace 16 años comenzamos la gestión de otro coto en Almazán, localidad de la provincia de Soria. El terreno de la finca está compuesto por pinares y cultivos. Cuidamos de él, solo abatimos ejemplares selectivos, machos en el ocaso de su vida o trofeos atípicos, como mi último corzo. Este animal me puso a prueba. Necesité tres días para abatirlo. Se trata de un macho con unas grandes rosetas y un perlado abundante y grueso. La punta que nace hacia atrás de la base izquierda lo convierte en un trofeo único".