Los pollos de perdiz rompen el cascarón junto a su madre
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Los pollos de perdiz rompen el cascarón junto a su madre

Este precioso vídeo, grabado en los campos de Ciudad Real, refleja el momento posterior en el que varios pollos de perdiz roja rompen el huevo.


Los pollos de perdiz son capaces de seguir a su madre justo después de romper el cascarón del huevo y comenzar una frágil existencia, sobre todo en esos primeros días de vida. Por ello, la madre intenta llevarlos con ella y comenzar un periplo de supervivencia muy complicado en el que múltiples depredadores intentarán alimentarse de ellos, y muchos de ellos lo conseguirán. Ese intento de la patirroja de ‘llevarse con ella’ a los pollitos es precisamente lo que vemos en el siguiente vídeo, grabado por Jesús Ramírez.

 

El autor del vídeo comparte unas reflexiones sobre el vídeo y la cría de la perdiz que reproducimos a continuación:

-“He visto muchas perdices salvajes, de las de antes, de las de ahora, de sierras y de labor. De las de cuatrocientos gramos y de más de quinientos. Enverdinadas y sin estarlo. Secas y mojadas. Machos y hembras. En los nidos, andando, corriendo y volando. Atacado y huyendo.

Esta que presento es, seguramente de las cinco perdices salvajes más puras y que más me haya gustado de las miles y miles que habré visto. Algunas veces, hablando de ellas, hago mención a el color ocre de parte de la espalda que abraza un poco el pecho. Esta lo tiene prácticamente por toda y muy marcado, casi dándole la vuelta a los hombros hasta casi todo el pecho.

El vídeo de la perdiz roja escondiendo a sus pollos bajo sus alas del que todo el mundo habla

Los demás colores son perfectos y el que también es del que mejor he visto es el gris que tienen todas de la parte de frente, que es pillando una franja delgada por encima del pico. Esta la tiene pillándole media cabeza. Tan ancha no es normal que las tengan y verlas.

Y el instinto y sentimiento de protección que se les despierta en esas primeras horas de nacimiento de los perdigones es extraordinario. La pobre intenta que salgan del nido porque ya han nacido todos, o aunque no se aprecia bien, ella sabe todos los que deberían hacerlo.

Seguramente hay varios que llevan bastantes horas nacidos y manteniéndose de las vitaminas de los huevos. Pero con seguridad otros llevan más tiempo y la perdiz ya ha entendido que debe llevárselos de allí.

Se sale y los llama con ese ronroneo suave que ha estado comunicándose con ellos, desde antes de eclosionar los huevos. A través de los poros microscópicos que les sirven para entrar el oxígeno y salga los gases de embriones. Si no, no podrían vivir.

No se cómo no le hacen ya caso y es posible que las temperaturas sean algo bajas del exterior (que tanto acusan), y se sientan mejor seguir todos juntos en el calor del nido que todavía desprende.

Ella se sale un palmo muy pendiente de ellos y, al ver que no la siguen, no duda en volverse a protegerlos. Aunque está bastante nerviosa al ver que tiene una persona cerca. Más se los quiere llevar, porque sabe que podrían correr peligro.

La verdad es que ver que nos quedan perdices con estos colores y sobre ellos comportamientos de estos y de tantos otros que se los veo por el campo, es de sentir bastante alegría, tanta como tristeza cuando mis clientes y amigos las cazan. Pero es ley, la de vida, porque de ello vivo.

En cambio, cuando más rabia siento es cuando veo un nido con la perdiz y los huevos destrozados por alguna alimaña. Más siento cuando sé que tenemos un batallón de inútiles gobernándonos y sacando e inventando leyes inútiles de las que dicen que son, supuestamente, de protección para la naturaleza”.

 


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