Un cazador se tatúa el sabueso cántabro que ha marcado su trayectoria cinegética
Hay perros que dejan una huella imborrable entre los cazadores que han tenido la fortuna de compartir su vida con ellos. Un perrero cántabro ha grabado en su piel la imagen de El Lute, un perro fallecido hace más de una década.
José Alberto Madrazo, orgulloso prioritario del macho de sabueso cántabro, define a su perro como, "el can más inteligente que he visto en el campo. Parecía saber dónde se encamaban las liebres. Las buscaba en los lugares más querenciosos. No perdía el tiempo en sitios que no eran propicios para ellas. Cuando las detectaba, se detenía para avisarme. Solo le faltaba hablar. No atropellada a la rabona en la cama. Se paraba para marcarla como si se tratara de un perro de muestra. En más de una ocasión logró capturar algún ejemplar a diente. De él proceden la mayoría de mis perros".
José Alberto con su querido perro. Nada podrá borrar el recuerdo de su perro.
El cazador ha esperado una década para inmortalizar al sabueso cántabro en su piel
José Alberto es un apasionado de los tatuajes. Llevaba diez años, fecha en la que falleció El Lute, dejando un lugar de privilegio en su cuerpo para plasmar su imagen. La pasada semana cumplió la promesa que se hizo el día de la muerte del can y se tatuó su imagen en el brazo derecho. Una forma de honrar al animal que tan feliz le hizo en el monte.
Los perros del cazador con el resultado de una jornada de rastro tras la liebre.
La modalidad de caza que practica el cántabro es la caza de la liebre con perros de rastro. Caza junto a otros dos cazadores auxiliados por sabuesos cántabros. José Alberto, al igual que otros muchos cazadores de la comunidad, están luchando por la recuperación de la raza. En el año 2005 se fundó la Asociación Española del Sabueso Cántabro para cumplir este objetivo.