La fiesta nocturna de los jabalíes en un cultivo de cebada
Visión térmica

La fiesta nocturna de los jabalíes en un cultivo de cebada

El cultivo de la cebada se encuentra en el punto más determinante de la temporada. En función de su éxito, la cosecha será la esperada o se convertirá en un costoso fracaso.


Vicenç Armengol es el autor de estas imágenes. No es su afición a la visión térmica lo que le lleva a registrar la fiesta, como hemos titulado este contenido, que protagonizan muchos jabalíes en estos campos de cebada. Lo lleva a cabo para recoger pruebas de los animales que dañan noche tras noche sus cultivos. Es el propietario de estos campos de cereal, y nos asegura que el dispositivo de visión térmica solo capta la presencia de los ejemplares de mayor tamaño. Las crías quedan cubiertas por os altos tallos y los entrenudos de las cebadas, que pueden llegar a medir entre 60 y 150 centímetros.

 

Jabalíes disfrutando de su impunidad en el cultivo

Lo primero que vemos son las siluetas de varios animales destacadas por el dispositivo del agricultor. Están comiendo los granos de las espigas ya maduras de esta variedad de cebada de invierno, que se siembra en otoño, dependiendo de la zona, y se cosechan a finales de primavera y comienzos de verano. Un cereal que aporta relevantes propiedades nutricionales, tanto para animales como para humanos. De hecho, se trata del cereal más cultivado en nuestro país y el quinto a nivel mundial. Es rico en hidratos de carbono, sobre todo en fibra alimentaria, en potasio, magnesio, calcio, sodio y hierro, sobre todo.

Esto es la emergencia cinegética del jabalí: un ejército incontable de animales en una siembra de trigo

La cebada en la dieta del jabalí

Dentro de la dieta del jabalí, la cebada no ha destacado en los estudios científicos como uno de los cultivos más devorados. La lista la encabeza el maíz, no solo por su sabor, sino porque el entorno de estas siembras añade, además de alimento, cobertura vegetal en la que guarecerse, amén de suelos húmedos en los que hacer lo que más les gusta, que es hozar y revolcarse. El trigo es otro de los preferidos por los suidos. Además de dañarlos por alimentarse de él, por los daños que provocan al pisarlo, revolcarse y usarlo para encamarse. En cambio, la cebada y la alfalfa no se mostraron como cultivos mayoritariamente afectados en las zonas de estudio. Pero Vicenç puede aportar documentos que pueden aportar más datos a la investigación reseñada abajo.

 

Referencia:

HERRERO, J.; GARCÍA-SERRANO, A.; et al. “Diet of wild boar Sus scrofa L. and crop damage in a intensive agroecosystem”. European Journal of Wildlife Research, 2006. Num: 52. P: 245-250

 


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