Especialista en la caza de jabalíes XXL
Te mostramos algunos de los cochinos abatidos por uno de nuestros colaboradores habituales en los últimos años. El cazador explica a los usuarios de Club de Caza sus estrategias venatorias para vencer la partida a estos impresionantes navajeros.
Hablamos de Mauricio Szostak, un cazador argentino que caza habitualmente en las provincias argentinas de Mendoza y San Luis, ubicadas al suroeste y sureste de la región del Nuevo Cuyo, situada al oeste del país. Se trata de regiones ganaderas en la que los jabalíes y los cochinos asilvestrados están causando cuantiosas pérdidas a los pastores. Matan a corderos y chotos y cubren a las cochinas domésticas.
Caza de jabalíes a la espera
La mayoría de estos ejemplares han sido cazados en charcas en aguardos nocturnos. El cazador espera la llegada de la primavera y el verano para tratar de abatir estos machos que en ocasiones pesan más de 200 kilos y portan en su boca colmillos de más de 23 centímetros.
En este período, a los macarenos no les queda más remedio que acudir a los escasos puntos de agua existentes para saciar su sed y darse un baño de barro para librarse de los molestos ectoparásitos. Una garrapata absorbe hasta cien veces su peso en sangre, mientras que una pulga hembra puede comer 15 veces su peso cada día. Fechas antes de elegir el lugar de aguardo, el cazador visita la zona de caza.
Tras observar las huellas en las bañas realiza la espera. Mauricio se coloca a escasa distancia del agua porque en la mayoría de las veces efectúa los disparos a menos de 50 metros. El arma que utiliza es un rifle con más de 80 años de antigüedad. Un rifle de cerrojo Mauser Modelo Argentino del calibre 7,65x53. Esta arma no le permite realizar disparos con efectividad a larga distancia.
Caza de jabalíes con dogos argentinos
La otra modalidad de caza que practica el cazador es la caza de cochinos a cuchillo con su recova de dogos argentinos. Se trata de una modalidad de caza solo apta para amantes de las emociones fuertes. Mauricio localiza las huellas de un jabalí de gran tamaño antes de liberar a los perros. Sus canes son capaces de seguir el rastro del cochino. A veces lo rastrean durante días antes de agarrarlo. El cazador, por la noche si los perros no han alcanzado al jabalí, los recoge y duerme en una tienda de campaña. Por la mañana continúa la búsqueda.