Un jabalí lanza por los aires a otro ejemplar de menor tamaño en un punto de alimento
Resulta sorprendente la facilidad con la que el cochino que acaba de llegar al cebadero voltea al otro suido con un simple movimiento de su cuello.
Sobre todo, en verano e invierno los cazadores proporcionan alimento a la fauna silvestre. En ocasiones cuando coinciden jabalíes en los lugares en los que los cazadores les han puesto la comida se producen enfrentamientos por acceder al grano. Entre los cochinos existe una estricta jerarquía a la hora de alimentarse o acceder a las bañas. Los ejemplares más fuertes son los primeros en saciar su hambre y tomar un baño de barro.
Un jabalí arremete contra otro cochino para arrebatarle la comida
Los cochinos se alimentan de fruta, semillas, raíces, hierba, bellotas, carroña, pequeños anfibios, reptiles, huevos, aves y mamíferos, pero no desprecian el alimento que le ofrecen los humanos. En la inmensa mayoría de las luchas entre cochinos, todo queda en una escaramuza. Aunque en ocasiones estos enfrentamientos por acceder al alimento pueden causar la muerte de algún ejemplar o dejar a algunos de los contrincantes herido.
Los machos aprovechan la fuerza de sus cuartos delanteros y la musculatura de su cuello para acuchillar a sus oponentes. La capa de grasa y pelo que tienen los cochinos evita que estos navajazos lleguen a órganos vitales. Los cuerpos de los grandes machos están plagados de cicatrices consecuencia de las batallas con otros ejemplares de su mismo sexo. En pocas ocasiones perece uno de estos animales a pesar de lo aparatoso de sus heridas. Su capacidad de sanación es asombrosa.