Dogos argentinos contra gran jabalí, una lucha de poder a poder
Dos perros sin miedo y con un tremendo poder físico contra un jabalí de un gran tamaño. A pesar de estar rodeados de otros perros, los dogos argentinos se hacen dueños de la situación y controlan la cabeza del cochino con una eficacia incontestable.
Nacidos de la necesidad de cazar grandes y peligrosas presas en vastos territorios, no se trata de un perro de presa, ni de un rastreador, ni de un perseguidor. Es todo eso, y más. Y para conseguirlo, sus creadores seleccionaron razas de todo el mundo que aportasen la cualidad que les llevasen a la creación del perro perfecto de caza.
Estas son las razas que participaron en la creación del dogo argentino.
- Perro de pelea cordobés, un perro de presa desaparecido que marcó una época en las pugnas caninas hace siglos.
- Pointer inglés, el perro de muestra con genética de galgo para incluir, además de su olfato, su velocidad y agilidad.
- El bóxer, un perro con una mordida potente, ágil y con un carácter similar a lo que los creadores de la raza buscaban.
- El dogo alemán sumó corpulencia a la fórmula.
- El bull terrier, un perro que no duda a la hora de efectuar el agarre.
- El bulldog inglés sumó capacidad torácica.
- El irish wolfhound añadió un gran instinto de caza.
- El dogo de burdeos contribuyó con sus poderosas mandíbulas.
- El mastín del Pirineo contribuyó a pulir el físico y a fijar el manto blanco.
- El mastín español y su físico imponente culminaron el diseño del dogo argentino.
A pesar de que vemos muchos más perros de caza alrededor del jabalí, los dos dogos son los únicos que acometen la parte del cuerpo del suido que resulta peligrosa: la cabeza. Ambos, en un acto de compenetración perfecta, han agarrado una oreja y ejercen toda su potencia de mordida y fuerza corporal, permitiendo que el cazador pueda acercarse sin poner en juego su vida.