Un pointer inglés muestra un conejo melánico mientras trata de cobrar un zorzal
Bestiario

Un pointer inglés muestra un conejo melánico mientras trata de cobrar un zorzal

Uno de los perros de muestra de una pareja de cazadores valencianos les permite abatir un conejo de pelaje completamente negro al finalizar una jornada de caza de zorzales en puesto fijo. Se trata de un animal autóctono, ya que, según los cazadores, en el acotado jamás se ha realizado ningún tipo de repoblación.


El melanismo es una mutación genética que provoca un exceso de pigmentación. Esta condición produce un oscurecimiento en el pelo, piel o plumas de los ejemplares que la presentan. Podemos encontrar dos tipos de melanismos, el adaptativo, causado por una adaptación al medio que se va pasando generación por generación, o el industrial, se trata de animales que han sufrido esta alteración obligados por las actividades industriales del ser humano.

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Mario y Cristina compartiendo su pasión por la caza. En el centro, Cristina junto a los pointers.

Unidos por el amor y la caza

Mario Salas y Cristina Oñate, pareja de cazadores de Valencia, han abatido un conejo totalmente negro. El matrimonio lleva junto más de tres décadas. Ella no era cazadora cuando se conocieron. Se inició en la caza hace un cuarto de siglo, fecha en la que comenzaron a vivir juntos. En el año 2005, Cristina obtuvo el permiso de armas y la licencia de caza. Los valencianos practican la caza menor con pointer inglés, sobre todo la de la perdiz roja, pero por circunstancias poblacionales la mayor parte de sus jornadas de caza están dedicadas a la caza del conejo o de zorzales a puesto fijo.

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Detalle del extraño conejo melánico. En el centro, la percha del día, con los conejos cobrados. A la derecha, la cazadora con los pointers protagonistas del lance.

Una apasionante jornada de caza de zorzales con un inesperado final

Los cazadores dedicaron la mañana a cazar zorzales a puesto fijo. Cuando finalizó la entrada de pájaros fueron al vehículo a buscar a Fay y Jara, dos perros de la raza pointer inglés, para recuperar los zorzales que no habían podido encontrar. En una casa derruida, el macho se quedó de muestra. El conejo salió corriendo al sentirse acorralado por el perro. Estaba encamado junto a los viejos muros de la edificación. En un primer momento, dado su color, el cazador pensó que se trataba de un gato. No apretó el gatillo de su escopeta paralela Zabala Hermanos hasta el instante en el que se percató que se trataba de un conejo.

Junto al lagomorfo negro, abatieron dos conejos más y una treintena de zorzales en una fructífera jornada de caza.

 


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