¿Qué les ocurre a estas perdices en las patas?
Consultamos con veterinarios especializados en caza y con gestores cinegéticos sobre las lesiones que afectan a las extremidades de varias perdices abatidas en Teruel.
Se trata, según los especialistas, de hiperqueratosis por sarna en aves. La enfermedad está producida por el ácaro Knemidocoptes mutans, parásito que afecta a la epidermis sobre todo de las patas de las aves de corral. Los pájaros infectados presentan las extremidades con escamas. El aspecto sarnoso de estas es conocido como patas elefantiásicas.
¿Qué ha podido causar este brote de sarna en las perdices?
Los especialistas consultados coinciden que se trata de un hecho poco usual en aves salvajes. También opinan igual respecto a la causa de la aparición de la sarna en la patirrojas abatidas por varios cazadores en Las Cuencas Mineras, comarca aragonesa situada en el norte de la provincia de Teruel.
Perdiz afectada por la enfermedad.
Los veterinarios aseguran que puede ser consecuencia de la cercanía a la zona en la que se han cazado los pájaros de una explotación avícola o ganadera con animales infectados por sarna. La transmisión de los ácaros que causan la sarna se produce en la inmensa mayoría de las ocasiones por contacto directo con aves enfermas.
Los cazadores que han abatido las aves afirman que nunca se han realizado repoblaciones en los acotados. A su vez, propietarios de granjas cinegéticas consultadas por esta redacción apuestan a que estas aves no proceden de explotaciones, ya que el control sanitario en las instalaciones alcanza niveles muy estrictos.
¿Puede transmitir una perdiz infectada la sarna a los humanos?
Los ácaros de la sarna que afectan a los animales no sobreviven ni se reproducen en las personas. El contacto con un animal con sarna solo puede causar en los humanos una irritación breve si los ácaros penetran en la piel. Estos parásitos pasados unos días morirán. Entre las especies cinegéticas que pueden padecer la enfermedad se encuentra el conejo, la cabra montesa, el rebeco, el arruí, el ciervo, el jabalí o el zorro.