Una liebre corre dentro de un túnel delante de un coche
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Una liebre corre dentro de un túnel delante de un coche

Un vehículo circula por el interior de un largo túnel. Allí encuentra un animal totalmente inesperado que ha entrado y corre para intentar llegar a la salida.


Los túneles resuelven de manera arquitectónica inconvenientes en la comunicación y los transportes. Los encontramos, sobre todo, en vías que atraviesan formaciones montañosas y otros fenómenos naturales que, de otra manera, alargarían el trazado de las carreteras o las vías de transportes como el tren o el metro. También se han generalizado a la hora de cruzar zonas urbanas por debajo de las mismas.

Pero esto no lo saben los animales silvestres e incluso domésticos, que, en ocasiones, ya sea por curiosidad o porque se ven forzados a entrar huyendo de algún peligro. Una vez en el interior, solo cuentan con dos opciones: dar la vuelta o intentar llegar con vida a la salida.

 

El túnel más largo del mundo

Algo que se le complicaría mucho si ha cometido el fatal error de entrar en alguno de los túneles más largos construidos por el ser humano. En lo más alto del podio, el que está situado en los Alpes suizos. Desde junio de este año 2023, ha desbancado los túneles ferroviarios de Seikan, en Japón, al Eurotúnel que une Gran Bretaña y Francia, ambos con más de 50 kilómetros. El de San Gotardo se desarrolla a lo largo de 57 kilómetros, con una profundidad máxima de 2.300 metros en las impresionantes montañas alpinas. Si nos ceñimos a carretera convencional, tenemos que viajar a Noruega para acceder al túnel de Laerdal, con 24,5 kilómetros de longitud.

Algo inasumible para una liebre, que es capaz de desarrollar velocidades próximas a los 70 kilómetros a la hora, pero durante un reducido tiempo. Esperemos que este ejemplar se encuentre en un túnel mucho más corto y pronto pueda salir de él para volver al monte.

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