Los lobos siguen matando y, las autoridades, mirando para otro lado
Las comunidades de Galicia, Asturias, Cantabria y el norte de Castilla y León, están cada vez más afectadas por los devastadores efectos de los lobos y la falta de soluciones por parte de las distintas administraciones.
Parte del norte de España está, literalmente, invadida por los lobos. Un problema que comenzó afectando únicamente a los montes, en la actualidad ha llegado a zonas habitadas tanto rurales cuanto de carácter urbano. Los pueblos, sus residentes, sus animales están en serio peligro. El canis lupus, el depredador por excelencia en nuestra península, mata por instinto, pero no por necesidad, como creen quienes se posicionan en contra de su control poblacional. Esto se explica cuando, de un rebaño entero, aparecen la mayoría de cabezas de ganado muertas o agonizando y tan sólo una o dos devoradas.
Adiós a sus ovejas
Recientemente, un joven de un pueblo del municipio gallego de Ribadeo encontró su rebaño de ovejas sin vida. Muertas, pero previamente acosadas, masacradas, desmembradas y devoradas. En definitiva, el fin que nadie querría para sus animales ya sea ganado o mascotas. Sólo una logró sobrevivir. Una de todo un rebaño. El lobo, una vez más, no mató para subsistir.
Manadas cada vez más numerosas
Nos cuenta Cristina Conde, una compañera cazadora que vive en Vegadeo (Asturias), que el lobo está matando con una asiduidad preocupante. Cada vez hay más lobos, se avistan manadas más numerosas y se acercan más a los núcleos urbanos.
Encontrar animales muertos es el común denominador de la mayoría de los ganaderos, incluso hay quienes se han rendido y recurrido a regalar sus rebaños para no llegar a darles de comer y encontrárselos muertos, como el padre de una amiga de Cristina.
Diego “Patelas”, cazador lucense afincado en A Coruña, ha mostrado la misma preocupación por la sobrepoblación de lobo en la comunidad gallega. Se están llegando a ver manadas de siete, ocho y hasta de nueve ejemplares (…), cuando el lobo se convierte en superpoblación bien aniquila a otras especies, bien las empuja a pueblos y ciudades.
Por ello, la problemática del lobo también repercute negativamente sobre la presencia de otras especies salvajes (v.g. el jabalí) en áreas urbanas y periurbanas pues se ven obligados a huir de su hábitat para sobrevivir a los ataques de los lobos.
En este sentido, también se ha pronunciado Cristina: en nuestro coto ya no hay jabalíes ni corzos, están acabando con todo. Todos los días así. Los ganaderos ven morir cada día a sus animales. Es muy duro.
Además, cuenta la joven, cada vez es más habitual encontrarlos paseando por las inmediaciones de pueblos y ciudades de litoral, mientras que antes era excepcional. Hace algunos meses, mi madre, mi hija y una vecina vieron varios lobos a las siete de la tarde delante de casa.
Yegua herida, y potro muerto, del tío de Cristina.
Las especies cinegéticas, las otras víctimas
Aunque el ganado y otros animales domésticos son la presa más fácil y la preferida del lobo, como comentaban Diego y Cristina, las especies salvajes también sufren sus ataques.
Jabalíes, corzos, ciervos… dicen los animalistas, los detractores del control poblacional del lobo y por ello los enemigos del campo y su gente, que la caza no es necesaria “que para eso está el lobo”. A la vista está que el lobo no gestiona, aniquila. Por ello urge que las autoridades tomen medidas, dejen de sobreproteger a los lobos y empiecen a preocuparse por las personas, sus animales y resto de fauna.