Abate un peculiar corzo unicornio en Cataluña
Crónicas de caza

Abate un peculiar corzo unicornio en Cataluña

Un lance difícil le brinda a un joven cazador un ejemplar de corzo con una cuerna —y nunca mejor dicho— muy singular.


El catalán Alex Salguero Lázaro, heredó su pasión por la caza de su abuelo y de su tío con quienes comenzó a ir tras las perdices y los zorzales siendo tan sólo un niño. Cuenta que, a medida que iba pasando el tiempo dejaron de ser ellos los que le despertaban para ir al campo y empezó a ser él quien, antes de que amaneciera, iba a buscarlos. Muchas ganas, interés e ilusión que derivaron en una gran pasión.

Un amante de las batidas

Cuando sacó la licencia de armas, siguió viviendo experiencias en familia que le fueron enriqueciendo personalmente y como cazador. Ahora, con 22 años, si hay una modalidad que puede considerarse una de sus favoritas es la batida de jabalí. Desde que acompañó por primera vez a su tío a cazar con la que hoy en día es su cuadrilla, no ha dejado de hacerlo.

Las batidas de jabalí me engancharon de una manera espectacular y ahora mismo estoy en todo lo que puedo y disfruto de variedad en mi coto y en lugares nuevos y súper emocionantes.

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El extraño corzo de un solo cuerno.

Cazando con una cuadrilla amiga

El pasado 24 de septiembre Salguero estaba cazando con una cuadrilla amiga en Vilobí d’Onyar (Girona). La jornada empezó muy bien, con muchos animales movidos y cinco jabalíes abatidos. Lo que no esperaba el cazador es que lo mejor para él estaba por llegar. Tras pasar la mañana en una zona típicamente jabalinera y obtener un resultado muy positivo, la cuadrilla decidió cambiar de área. Se decantaron por una en la que estaban seguros de que había corzos. Y no se equivocaban.

Grata sorpresa tras los corzos

Cuando Alex llegó al nuevo puesto, se quedó mirando a través del visor un claro en el que la intuición y la experiencia le decían que, si le entraba algún animal al puesto, lo haría por allí.

En pocos minutos los perros comenzaron a mover monte y las piezas empezaron a cumplir a los puestos. Un corzo con una sola cuerna, muy arisco y huidizo trató de esquivar en varias ocasiones al cazador y dio varias vueltas a los perros. Cuando menos lo esperaba, el animal dio un salto y paró un par de segundos en el claro que Alex había avistado previamente. La rapidez y puntería del joven hicieron al corzo hincar rodilla.

Supo aprovechar la única y breve oportunidad que el animal le brindó.

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Vista de frente, la cuerna resulta impresionante. A la derecha, detalle de la peculiar cuerna única de este corzo.

Emoción, mucha emoción

Cuando el cazador fue a cobrar el corzo, a la inmensa emoción que sentía por haber jugado un lance adrenalínico y exitoso se sumó el sentimiento de sorpresa. Se encontró con un peculiar trofeo: un unicornio con gran grosor.

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