Caza de manera selectiva un jabalí de tres patas con una tumoración en la jeta
El macho ha sido abatido en un maizal por un cazador de Guadalajara. Veterinarios consultados por Club de Caza no se ponen de acuerdo si la merma en la extremidad trasera derecha es consecuencia de una malformación o de un trauma producido en los primeros estadios de vida del cochino. En lo que sí coinciden es que en la jeta presenta un tumor de grandes dimensiones que le impedía respirar con normalidad.
Este mismo cazador a finales de julio cazó, en el mismo término municipal, un jabalí con un gran agujero lleno de gusanos en la cabeza. Se denomina miasis a la infestación de órganos y tejidos por larvas de dípteros. Según un especialista veterinario consultado por Club de Caza, la herida había sido causada por la cornada de un ciervo. El abate de este macho, como el cazado el pasado fin de semana por el cazador, ha evitado a ambos ejemplares una agónica muerte.
En esta imagen apreciamos perfectamente la tumoración en la jeta del jabalí.
Abate un jabalí selectivo en una cacería por control de daños a la agricultura
Jaime Diges, colaborador habitual de Club de Caza, ha sido el cazador que ha aliviado el sufrimiento de este jabalí. Este fin de semana acudió a un maizal en el que los cochinos estaban causando importantes destrozos. Aparcó su vehículo a más de un kilómetro del cultivo con la intención de abatir un jabalí de los que visitaban a diario la siembra.
Cuando le faltaban pocos metros para acceder al maíz, localizó al macho de tres patas al borde de un camino. Nada más verlo, se percató de que el animal presentaba alguna anomalía que le hacía desplazarse con dificultad. Según el esperista, el macho se sentaba para descansar cada vez que recorría unas decenas de metros.
El cazador comprobó que le ocurría al jabalí antes de disparar
Jaime intentó aproximarse al cochino para valorar que le sucedía. Cuando estaba a 150 metros de distancia observó que le faltaba una pata. Antes de derribar al jabalí aguardo que este se aproximara a él ya que el animal se dirigía a su posición. Lo abatió de un único disparo de su rifle Merkel Helix del calibre .300 WM. cuando el cochino estaba a 20 metros de distancia.
Una vez abatido, Jaime pudo ver cómo el solitario, además de presentar la merma en la pata, también padecía un enorme tumor en el hocico que le imposibilitaba respirar y alimentarse con normalidad.