Caza un jabalí con las orejas destrozadas. ¿Cómo las ha perdido?
Crónicas de caza

Caza un jabalí con las orejas destrozadas. ¿Cómo las ha perdido?

El macho, de 125 kilos y 19 centímetros de colmillo, no tenía apenas pabellones auriculares. Consultamos a veterinarios y gestores cinegéticos el porqué de esta anomalía en las orejas del navajero.


Según nos cuenta el cazador que ha capturado este atípico ejemplar, "no tenía apenas orejas. Desconozco qué ha provocado esta peculiaridad en el macho. Tras examinar los apéndices, no se aprecian cicatrices en los pabellones auriculares".

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Jaime junto al jabalí sin orejas.

Posibles causas de estas lesiones

Los profesionales consultados por Club de Caza coinciden en las posibles causas que han provocado esta singularidad en el jabalí. Es consecuencia del ataque de algún depredador cuando el cochino contaba con poco tiempo de vida, de las peleas con otros machos o del enfrentamiento con perros en una montería. Todos ellos descartan que haya sido provocada por el ataque de lobos, ya que el cazador y los científicos aseguran que no hay lobos en la zona en la que ha sido cazado el macareno.

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Vista frontal de los colmillos del gran jabalí.

Unos impresionantes colmillos

Jaime Diges es el esperista que ha abatido este navajero. El macho ha sido cazado en una siembra de una finca abierta de la provincia de Guadalajara. El cazador tenía controlado a este animal desde hacía mucho tiempo, pero desconocía que presentaba esta peculiaridad. Su territorio era una zona del acotado en la que no se realizan monterías. Había tratado de abatirlo en multitud de ocasiones, pero hasta el pasado fin de semana no ha podido hacerse con su trofeo.

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El trofeo del jabalí una vez extraído.

La huida de dos corzos alertó al cazador de la llegada del jabalí

El cazador narra la espera en la que logró vencer la partida al solitario: "la noche del abate del macareno transcurría con normalidad. Únicamente una pareja de corzos había visitado el cultivo. Una vez los ungulados saciaron su hambre, se tumbaron a escasos 50 metros de mi apostadero. Tras más de 20 minutos disfrutando de su contemplación, algo los alertó y los hizo huir de la zona. Sabía que un jabalí de gran tamaño era el culpable de ello.

Efectivamente, minutos más tarde un enorme cochino abandonó la espesura. Necesité un único disparo de mi rifle Merkel Helix del calibre .300WM para derribar al navajero. La bala que uso es recargada por mí mismo. Compuesta por una punta Hornady Eld-x de 200 grains, vaina Fiocchi, pistones Magnum CCI y pólvora Vihtavuori N-165".

 


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