Caza un impresionante jabalí con unos colmillos de 22 centímetros de longitud y 2,8 de grosor de la manera más inesperada
La huida de una liebre avisó al cazador toledano de la llegada del enorme cochino de 130 kilos. A esto hay que sumar que el cazador no sabía de la existencia de un animal de estas características en el acotado.
Este espectacular jabalí ha sido abatido por Manuel Sesmero, un cazador toledano afincado desde hace una década en la provincia de Almería. Pero no solo practica la caza del jabalí a la espera, también es un gran aficionado a la caza menor con perros.
El cazador, feliz por haber conseguido un ejemplar extraordinario.
El navajero medallable ha sido abatido en una finca abierta
La tarde del lunes Manuel se dirigió a la finca en la que caza habitualmente con la intención de cazar un cochino. Su objetivo era abatir un ejemplar para degustar su carne en un almuerzo familiar. Antes de anochecer ya estaba ubicado en el apostadero.
El temporal de viento que esa tarde azotaba la provincia de Almería obligó al cazador a tumbarse en el suelo para evitar las fuertes rachas de aire. A las 21 horas, una liebre ibérica irrumpió en el claro del bosque en el que se encontraba el esperista para comer el grano que había en el suelo. Mientras Manuel estaba ensimismado contemplando la rabona, un cochino de gran tamaño se aproximó a la zona libre de vegetación.
Impresionante vista de los larguísimos colmillos del jabalí.
El viento impidió al cazador escuchar la llegada del jabalí
El lepórido, al percatarse de la presencia del macho, huyó del lugar. Este hecho puso sobre aviso al toledano. Minutos más tarde, apareció frente al esperista un jabalí de gran tamaño armado con unos largos colmillos. Manuel necesitó un único disparo de su rifle Remington VTR 700 de cañón triangular del calibre .308 Win para derribar al macareno.
La prueba de la longitud de los colmillos. A la derecha, el trofeo del gran jabalí.
Hasta el momento en el que el cazador no se aproximó al jabalí sin vida no se percató de las dimensiones del trofeo. Las navajas del macho medían 22 centímetros mientras que las amoladeras han alcanzado los 12. Dado el tamaño del macareno, fueron necesarias dos personas para subirlo a la parte posterior del coche de Manuel.