Jabalíes y tejones se enfrentan por el alimento
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Jabalíes y tejones se enfrentan por el alimento

Cuando la supervivencia está en juego los animales no realizan ningún tipo de concesiones. Esto es lo que sucede cuando cochinos y tasugos se encuentran con el maíz que han proporcionado los cazadores a la fauna silvestre.


Estas imágenes muestran una vez más como los puntos de agua y comida que el sector cinegético coloca en el campo son visitados por especies cinegéticas y no cinegéticas. Un estudio firmado por Armenteros y colaboradores realizado por la Universidad de León, el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, y en el que ha colaborado Fundación Artemisan, demostró que los bebederos y comederos son utilizados por un gran número de especies no cinegéticas, lo que pone de manifiesto su papel en la conservación de la fauna.

 

Las nuevas generaciones en la caza vienen pisando fuerte

Las imágenes han sido grabadas por las cámaras de foto trampeo situadas por los hermanos Jerónimo y Pablo Carmona y Santiago José Moreno en una finca de Córdoba. Estas y otras grabaciones pueden ser visualizadas en la cuenta de Instagram llamada Lances y agarres. Esta fue creada con el objetivo de compartir lances de caza y defender la imagen de la actividad cinegética en redes sociales.

 

Los jabalíes expulsan a los tejones del comedero

Uno de estos dispositivos colocados por los cazadores para gestionar la fauna silvestre ha inmortalizado en dos ocasiones el encuentro entre tejones comunes, especie de mamífero carnívoro de la familia Mustelidae, y jabalíes.

Los tasugos han acudido a saciar su hambre, el depredador no ingiere únicamente carne, también se nutre de maíz, frutas o plantas, al igual que los suidos a puntos del monte en los que han repartido grano los cazadores andaluces.

La reacción del jabalí en una de las grabaciones es embestir al depredador nada más percatarse de su presencia. En cambio, otro ejemplar al coincidir en el punto de alimento con el mustélido en un primer momento comparte el grano con el tejón. Segundos más tarde lo obliga a abandonar la zona. En ninguna de las dos ocasiones el aguerrido tasugo planta cara al cochino.

 


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