Un setter ingles da una voltereta y… ¡muestra!
No te pierdas la espectacular muestra de este setter inglés. El perro corre a toda velocidad y al pasar cerca del ave trata de frenar, pero no lo logra sin antes dar una voltereta.
Los setter ingleses son conocidos como los “gentleman de los perros de muestra”. Un carácter tranquilo en casa que se vuelve dinamita en el campo. La especialidad de este perro es la búsqueda de piezas en abierto y es que, con la aparición de esta raza, en Inglaterra ya se comenzaban a utilizar para batir el terreno pasos por delante del cazador.
La resistencia, el olfato y la inteligencia son tres de las características que representan al setter inglés, una raza famosa en la caza menor y más concretamente en la caza de especies como la becada, la perdiz o la codorniz.
Una voltereta y muestra
El setter en la caza cuando detecta la pieza suele avanzar sigilosamente con unos movimientos armoniosos y elegantes. Eso, por lo general… también hay veces en las que el perro va a toda velocidad y tiene que parar “en seco” para marcar la pieza.
Hace unos días compartíamos con vosotros un vídeo en el que se ve a una perra del cazador y colaborador del Proyecto Coturnix, Pedro Patiño, derrapando ante las emanaciones de una codorniz.
Hoy os traemos un caso similar, pero, esta vez, ¡con voltereta incluida! El perro va corriendo a gran velocidad cuando detecta la presencia de un ave trata de parar pero le resulta imposible y termina revolcándose por el suelo antes de conseguir la inmovilidad.
@del_orage♬ original sound - Harisy&Rammal
Una respuesta motora
La presencia de un ave en el campo es el estímulo, producido en el medio externo, que el setter percibe a través del prodigioso olfato que los caracteriza. Su sistema de coordinación, tanto nervioso como endocrino, pone en marcha los músculos que desencadenan la respuesta ante el estímulo, es decir, la muestra. Esta reacción, está directamente influenciada por las pautas motoras que se encuentran en la herencia genética del perro por los comportamientos innatos que componen el repertorio conductual del mismo.
Cuestión de instinto… y de física
Más allá de que la muestra sea en sí una respuesta a un estímulo, sobre todo es fruto de la pasión que los setter tienen por la pluma. El instinto de caza es una característica intrínseca de los canes, pese a que hoy en día sea un atributo cuestionado por quienes no entienden ni respetan la actividad cinegética. El animalismo trata de transmitir a la sociedad que nuestros perros cazan única y exclusivamente porque son enseñados para ellos, algo que no cierto. Sólo hay que ver cómo actúa por norma general un cachorro de cualquier raza “de caza menor” ante la presencia un pájaro. Pero claro, eso no interesa a quienes tratan de negar el instinto por la cinegética.
En cuanto a la voltereta es una cuestión de física. El perro aplica una fuerza interna para frenar al detectar la presa, pero la inercia no le permite parar de inmediato, por lo que el cuerpo se desplaza hacia delante segundos después del esfuerzo de detenerse.