Un perro abandonado estropea la espera de un cazador y este decide adoptarlo
Crónicas de caza

Un perro abandonado estropea la espera de un cazador y este decide adoptarlo

A pesar de que el can evitó que el cazador abatiera un jabalí de gran tamaño, este ha reaccionado proporcionándole un hogar. La presencia del perro bajo el árbol en el que estaba apostado el esperista alertó a cuatro cochinos machos que tenían la intención de visitar la baña.


No se trataba de un perro de caza, como podemos apreciar en las imágenes. Según Mauricio Szostak, cazador argentino que colabora habitualmente con Club de Caza, es un ejemplar de avanzada edad dado el desgaste de sus dientes. Los meses de verano componen el periodo que más perros recogen las protectoras. Por tanto, no cabe la posibilidad que correspondan a perros abandonados tras finalizar la temporada de caza. A esto hay que añadir que el 70 por ciento de los perros que recogieron las protectoras de animales colaboradoras con la Fundación Affinity para el Estudio de Abandono 2021 son mestizos. No perros de caza.

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La gran hembra abatida antes de la irrupción del perro.

Una espera con un inesperado final

Mauricio es un amante de las grandes emociones. Su pasión por la caza no tiene límites. Practica la caza extrema de jabalíes a cuchillo junto a sus dogos argentinos y la caza de cochinos a la espera con su antiguo rifle de cerrojo Mauser 1909 Modelo Argentino del calibre 7,65x53.

 

El pasado fin de semana acudió a la finca de un amigo situada en la Pampa Seca, subregión geográfica de Argentina perteneciente a la región pampeana. Su intención era cazar a la espera un jabalí de grandes dimensiones. A las 19 horas se apostó en una charca. Dos horas más tarde visitó el agua un animal de gran tamaño. El argentino pensó que se trataba de un macho dado su porte. Tras abatirlo, comprobó que era una hembra sin crías. Media hora más tarde, justo antes de anochecer, vio a un perro deambulando por las cercanías de la charca. Como no volvió a verlo ni oírlo más, pensó que había seguido su camino.

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El perro estaba justo debajo del árbol donde el cazador esperaba a los jabalíes.

Gracias al cazador el can tendrá una segunda oportunidad

A lo largo de la noche, Mauricio vio en la distancia la silueta de cuatro machos, alguno de ellos superaba los 150 kilos, pero ninguno de los cochinos se aproximó al agua. A las 6:00 horas el argentino decidió dar por finalizado el aguardo sin encontrar explicación del por qué los jabalíes habían detectado su presencia cuando el viento le era favorable.

Al bajar del árbol en el que estaba apostado encontró al perro acostado. Entre risas, le recriminó haberle impedido cazar un buen macho. Lo subió a su vehículo y se lo llevó a casa.

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