Así impone su jerarquía una perdiz roja a un perro de caza
Una hembra de la raza epagneul bretón soporta estoicamente el mal humor de un pollo de patirroja. El pájaro pica en repetidas ocasiones al perro de caza en la cara sin que este haga ademán de defenderse.
Los protagonistas de esta historia son Romeo, un bravo perdigón, y Mía, una perra de 11 meses. A ambos les une una extraña amistad. El pollo de este año convive en libertad con el can desde que llegó a la casa de la cazadora almeriense Andrea Navarro.
El joven epagneul bretón y el pollo de perdiz son amigos inseparables.
El macho de perdiz roja impone su ley entre todos los animales de la cazadora
Mía no es la única que sufre la marcada territorialidad de la patirroja. Los animales que conviven en la parcela de la reclamista saben que Romeo impone su ley. No amedrenta únicamente al perro, también a las ocas y los gansos de la cazadora. Este no es el único defecto del ave.
El pendenciero pájaro también ha desarrollado una especial predilección por lo ajeno. Hace escasas fechas Andrea compartía con los usuarios de Club de Caza las imágenes de Romeo con un billete de 50€ en el pico. Al parecer lo había robado del interior de una cartera y se negaba a devolverlo a su legítimo propietario.