Ganadero asturiano protesta ante la Consejería de Medio Rural: lleva el cadáver de una ternera muerta por el ataque de un oso
Asturias

Ganadero asturiano protesta ante la Consejería de Medio Rural: lleva el cadáver de una ternera muerta por el ataque de un oso

Un ganadero de Quirós (Asturias) reclama una indemnización al Principado por la res muerta tras el ataque del oso sin recibir respuesta.


El desamparo de los ganaderos en Asturias por parte de la administración es un problema que tiene asfixiado a todo el sector.

La sobreprotección del lobo que lo mantiene en el Listado de Especies Silvestres en Régimen Especial (LESPRE), la infravaloración del oso como depredador y la pasividad de la administración pone en verdadero peligro a las personas y a sus animales.

El cadáver como prueba

El miércoles 19 de julio, a primera hora de la mañana, el ganadero quirosano José Alonso García acudía a Oviedo para reclamar el pago de una de sus terneras.

Agonizando, con un zarpazo y lleno de moratones se encontró al animal el día antes. Una escena de lo más dolorosa pero que, por desgracia, no es nueva. Pese a que presentaba claros indicios de haber muerto por el ataque de un oso, el guarda de Medio Rural negaba que así hubiera sido, por lo que el joven decidió presentarse en la Consejería con las pruebas: el cadáver del animal.

No deja de resultar curioso que sean naturales los zarpazos o que se produzcan por “generación espontánea”.

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Ni la primera, ni la última

El ganadero lamenta que lleva años padeciendo las consecuencias del lobo, a las que ahora se suman, las del oso. Alonso comenta que sólo en el último medio mes ha sufrido dos ataques de lobo y este último que ha protagonizado un plantígrado. El oso no sólo ha matado su ternero, también se ha cobrado la vida de “dos animales de un vecino” y bien sabe, que volverá a ocurrir.

Aunque los ganaderos vigilan y velan por su ganado la mayor parte del tiempo, son personas y también duermen. La noche la aprovechan los depredadores, como el lobo, para perpetrar los ataques, convirtiéndolos en inevitables.

Inevitables porque el lobo está protegido, blindado. Vale más la vida de un lobo que de un animal de granja e incluso, que la de una persona. Si estuviera considerado una especie cinegética y pudieran controlarse las poblaciones la situación a ciencia cierta cambiaría.

Por desgracia hasta el momento, la Administración, no sólo no permite la gestión poblacional de este depredador, sino que tampoco admite que el oso represente otro importante peligro para la ganadería.

 

El problema del oso

Cuenta Alonso que su principal problema está en que en la zona donde se ubica su ganadería hay muchos osos. Calcula que pueden encontrarse alrededor de 40 ejemplares y que este animal no es el idílico que se describe como comedor de frutos y miel. También puede ser muy peligroso para el ganado. Esta última condición la Administración no la quiere reconocer.

Además, según comenta el ganadero, “el oso suele esconder los restos de sus presas tapándolos con piedras y ramas para volver a por ellos”. Esto dificulta que se puedan presentar las pruebas del ataque.

Y los buitres

Otro problema añadido, nos comenta Alonso, es la presencia de los buitres que se abalanzan sobre las reses muertas y en muchas ocasiones no dejan ninguna prueba fehaciente de que la muerte la produjese el ataque de un animal salvaje. “apenas un poco de piel y unos cuantos huesos”. A la falta de pruebas se acoge la Administración Regional para denegar el pago por los daños.

Y las velutinas

Nos cuenta Alonso que el otoño pasado tras el ataque de un animal salvaje les murieron dos pequeños terneros gemelos y sus restos parcialmente devorados pronto se infestaron de avispas conocidas como velutinas. La guarda que acudió a certificar las muertes no se quiso acercar a tomar las muestras de los cadáveres por temor a los véspidos y así lo hizo constar en su informe. Como consecuencia, hace una semana le llegó denegada la indemnización, una vez más por falta de pruebas.

Como si fuera culpa del ganadero que los guardas del empleado no puedan hacer su trabajo. Si hay velutinas tendrán que ponerse un traje o tomar otras medidas, pero no puede quedar el cuerpo sin analizar y dejarnos sin cobrar la indemnización porque ellos no hayan tomado las pruebas.

Las indemnizaciones

También hay que señalar que este ganadero quirosano ya había presentado más reclamaciones al Principado, concretamente por 40 ovejas muertas por el ataque del lobo. En este caso sí estaba acreditado pero desde el año 2019 en el que se autorizó la compensación económica que va de entre 20 y 150 euros, hasta hoy, todavía no ha recibido ni un céntimo. Lamentablemente esto tampoco es un hecho aislado, ya que la Administración alega que está a la espera de recibir una nueva partida presupuestaria para hacer frente a las indemnizaciones.

Apoyo de la UCA

La Unión de Campesinos Asturianos (UCA) mostró todo su apoyo a los ganaderos de Quirós y pidió que, en casos como este, un equipo veterinario visite la explotación afectada.

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