Zoonosis, la amenaza de las enfermedades animales contagiosas al ser humano
El 75% de las actuales enfermedades emergentes del ser humano son transmitidas por animales. Es lo que llamamos zoonosis. La mayor parte se origina en fauna silvestre y son principalmente enfermedades infecciosas.
Los animales silvestres pueden constituir una fuente directa de infección para las personas mediante patógenos que causan enfermedades en los seres humanos (patógenos zoonóticos).
Según un reciente estudio de enfermedades humanas, en los últimos 60 años, al menos 144 enfermedades derivadas de patógenos presentes en los animales silvestres se han convertido en serios problemas de salud pública. Otros patógenos zoonóticos de los animales silvestres vienen produciendo efectos en la salud humana desde hace mucho más tiempo.
No es nuestra intención desarrollar un tema tan amplio, pero sí conocer, de un modo muy general, las más comunes por su frecuencia o su facilidad de transmisión.
Factores causantes
Son múltiples los factores que influyen en la dinámica de estas zoonosis, aunque mayoritariamente tiene su origen en actividades humanas como el uso de la tierra, el cambio climático y el comercio ilegal de especies.
Estos tres factores provocan que la humanidad entre cada vez más en contacto con la fauna salvaje, lo que favorece la aparición de nuevas enfermedades.
Estas patologías que los animales silvestres padecen de forma natural, por el incremento del contacto o a través de productos derivados terminan contagiando a personas, que a su vez pueden contagiar a otras y convertirse en episodios epidémicos.
Aunque la transmisión de patógenos puede llegar a ser muy complicada, por lo general existen tres vías principales por las que pueden pasar de un huésped a otro: estrecho contacto, contaminación ambiental y huésped intermediario.
Los roedores
De las enfermedades que nos han transmitido los animales silvestres, una larga lista ha derivado en episodios epidémicos e incluso en pandemias. La más reciente es el coronavirus SARS-CoV-2, que hasta donde sabemos, tiene su origen en animales salvajes.
Algunas de las enfermedades más comunes transmitidas por roedores son:
Leptospirosis. Es una enfermedad bacteriana causada por la bacteria del género Leptospira. Se transmite a través de la orina de roedores infectados y puede penetrar en el cuerpo humano a través de heridas en la piel o la ingestión de agua o alimentos contaminados. También pueden ser portadores de esta bacteria los perros, el ganado y los cerdos, aunque las ratas, los ratones y los topillos son las fuentes comunes de infección en los humanos. Cursa con episodios febriles agudos y posteriormente afecta al hígado, los pulmones, los riñones y las meninges. La segunda fase a menudo incluye el compromiso del hígado, de los pulmones, de los riñones y de las meninges.
Hantavirus. Son un grupo de virus que se transmiten a través de la inhalación de partículas de orina, heces o saliva de roedores infectados. Puede causar fiebre hemorrágica con síndrome renal (FHSR) o síndrome pulmonar por hantavirus (SPH), enfermedades graves que pueden ser mortales.
Salmonelosis. Es una infección bacteriana causada por la bacteria del género Salmonella. Los roedores pueden portar esta bacteria en su tracto intestinal y la transmiten a través de la contaminación de alimentos o agua con sus heces. También las aves, como las gallinas y los patos, pueden ser portadoras de Salmonella y transmitirla a los seres humanos a través del consumo de carne o huevos contaminados, así como por el contacto directo con las aves infectadas
Tularemia. Es una enfermedad bacteriana causada por la bacteria Francisella tularensis. Los roedores pueden transmitir la bacteria a través de garrapatas, piojos o pulgas que los parasitan, así como por la manipulación de roedores infectados o la ingestión de agua o alimentos contaminados.
Peste bubónica, o peste negra. Es una enfermedad bacteriana causada por la bacteria Yersinia pestis. Aunque es más conocida por ser transmitida por pulgas de ratas, los roedores también pueden ser portadores de esta bacteria y transmitirla a través de pulgas o directamente por mordeduras.
Las aves
Entre las aves es frecuente encontrar determinados tipos de gripe como la H5N1, causante de la epidemia de gripe aviar que llegó a amenaza de pandemia en 2007 y 2008, o la H9N2. Esta enfermedad viral puede afectar tanto a aves salvajes como a aves de corral.
Una desconocida Psitacosis que es una enfermedad causada por la bacteria Chlamydia psittaci, y afecta principalmente a las aves psitácidas, como los loros, periquitos y cacatúas. La psitacosis puede transmitirse a los seres humanos a través de la inhalación de partículas infectadas presentes en las heces o secreciones de las aves, causando síntomas similares a la gripe.
Hay una enfermedad que transmiten las palomas llamada Criptococosis que es una infección fúngica causada por el hongo Cryptococcus neoformans. Puede transmitirse a los seres humanos por inhalación de esporas del hongo presentes en el polvo contaminado con heces de aves. Afecta principalmente a los pulmones, causando una infección pulmonar. En algunos casos, las esporas pueden diseminarse a través del torrente sanguíneo a otras partes del cuerpo, como el sistema nervioso central, y causar una infección llamada criptococosis meníngea, que afecta el cerebro y las membranas que lo rodean. La mayoría de las personas tienen un sistema inmunológico lo suficientemente fuerte como para eliminar las esporas inhaladas y no desarrollar los síntomas de. Sin embargo, las personas con sistemas inmunológicos debilitados, como aquellas con SIDA, cáncer, diabetes no controlada o que han recibido trasplantes de órganos, tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
La Histoplasmosis. Es una infección causada por el hongo Histoplasma capsulatum, que se encuentra en el suelo y los excrementos de aves y murciélagos. La inhalación de esporas del hongo puede provocar histoplasmosis en los seres humanos, causando síntomas similares a la gripe o incluso enfermedad pulmonar grave en casos más graves.
Los murciélagos pueden transmitir el virus Hendra a los caballos, que, a su vez, pueden convertirse en vectores y contagiar a seres humanos. Junto con las comadrejas son reservorios del SARS-CoV, el causante de la epidemia de 2003, y también pueden transmitir la rabia, algo que tienen en común con mapaches, zorros y lobos.
Los cérvidos
Entre cérvidos no es raro encontrar casos de tuberculosis, ántrax o brucelosis, que pueden ser transmitidos al ser humano directa o indirectamente, a través del ganado. Estas enfermedades, sin embargo, pueden reducir su influencia si hay poblaciones de depredadores naturales viables en el ecosistema. Vamos a conocer alguna de ellas.
El ántrax, también conocido como carbunco, lo origina una bacteria formadora de esporas y ocurre más comúnmente en mamíferos herbívoros salvajes y domésticos. Las personas pueden infectarse con ántrax al manipular productos de animales infectados como lana, pieles, cuero o pelo. Es el llamado ántrax cutáneo, caracterizado por la aparición de ampollas y la presencia de fiebre y malestar general.
Si se inhalan las esporas, hablamos del ántrax inhalado cuyos síntomas iniciales pueden ser similares a los de un resfriado o gripe, incluyendo fiebre, fatiga, dolor de cabeza y dolores musculares. Posteriormente, pueden aparecer síntomas respiratorios más graves, como tos, dificultad para respirar, dolor torácico y sibilancias. El ántrax gastrointestinal puede ocurrir después de comer carne poco cocida de animales infectados. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolor abdominal intenso, diarrea sanguinolenta y vómitos con sangre. Es importante destacar que el ántrax es una enfermedad grave y potencialmente mortal.
El ántrax también se puede usar como arma letal. Esto ocurrió en los Estados Unidos en 2001 cuando se enviaron cartas que contenían esporas de ántrax a través del sistema postal.
La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana transmitida por la garrapata de patas negras (Ixodes scapularis) que puede afectar a humanos y animales. Aunque las garrapatas no son exclusivas de los cérvidos, los ciervos son hospedadores comunes de las garrapatas portadoras de la bacteria responsable de la enfermedad.
La tuberculosis bovina. Algunos cérvidos, como los ciervos y los alces, pueden verse afectados por la tuberculosis bovina, una enfermedad bacteriana causada por Mycobacterium bovis. En casos raros, se ha informado que los humanos han adquirido la infección al estar en contacto cercano con cérvidos infectados.
Encefalopatía Espongiforme Cervidil (EEC): La EEC es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a los cérvidos y se ha descubierto que puede transmitirse a humanos. En estos, la enfermedad se conoce como enfermedad de Creutzfeldt-Jakob variante (vCJD). La transmisión de esta enfermedad al hombre es extremadamente rara y se ha asociado principalmente con el consumo de carne de cérvido infectada.
Los jabalíes y otros mamíferos silvestres
Algunas de las enfermedades más comunes transmitidas por estos animales son:
Triquinosis. Es una enfermedad causada por el parásito Trichinella spiralis, que puede encontrarse en la carne cruda o poco cocida de jabalíes y otros animales salvajes. Los síntomas pueden incluir fiebre, dolores musculares, dolor abdominal y facial, inflamación de los párpados y debilidad generalizada.
Tuberculosis bovina. Los jabalíes pueden contraer y transmitir la tuberculosis bovina, una enfermedad bacteriana causada por Mycobacterium bovis. La transmisión puede ocurrir a través del contacto directo con animales infectados o a través del consumo de carne contaminada o leche cruda. Los síntomas en humanos pueden incluir tos persistente, fiebre, pérdida de peso y debilidad.
Encuentran un jabalí muerto en vida
Brucelosis. Es una enfermedad bacteriana causada por las bacterias del género Brucella. Algunos mamíferos salvajes, como los jabalíes, pueden ser portadores de estas bacterias y transmitirlas a los humanos a través del contacto con tejidos infectados o productos lácteos sin pasteurizar. Los síntomas pueden incluir fiebre, fatiga, dolores musculares, dolor de cabeza y pérdida de apetito.
La rabia es una encefalitis viral transmitida por la saliva de murciélagos y algunos otros mamíferos infectados y afecta al sistema nervioso. Es causada por un virus y generalmente se transmite por un animal infectado que muerde a otro animal o persona. Los síntomas incluyen depresión y fiebre, seguidas por agitación, salivación excesiva e hidrofobia. Es una enfermedad prácticamente mortal que no se puede tratar una vez que aparecen los síntomas. Afortunadamente, la rabia puede prevenirse eficazmente mediante la vacunación.
La Fiebre Q, también conocida como fiebre de las trincheras o fiebre de los agricultores, es una enfermedad zoonótica causada por la bacteria Coxiella burnetii. Los animales que más comúnmente suelen padecerla son los animales de granjas como las ovejas o las cabras, pero también puede ser transmitida por mascotas y especies cinegéticas. En relación con la sintomatología, dependiendo de la persona, puede haber indicios de infección o no. Es decir, hay personas que pueden padecer la enfermedad de forma asintomática. En los casos en que se manifiesta de manera más leve, lo suele hacer en forma de fiebre, dolores de cabeza y/o musculares, fatiga, escalofríos pérdida de apetito y sudoración excesiva. En los casos más graves, la fiebre Q puede afectar órganos como el hígado, los pulmones y el corazón y también al sistema nervioso central.
Prevención y control
Los métodos de prevención de las enfermedades zoonóticas difieren para cada patógeno; sin embargo, varias prácticas se consideran eficaces para reducir el riesgo a nivel comunitario y personal.
Las directrices seguras y adecuadas para el cuidado de los animales en el sector agrícola ayudan a reducir la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades zoonóticas de origen alimentario a través de alimentos como la carne, los huevos, los productos lácteos o incluso algunas verduras. Las normas relativas al agua potable limpian y a la eliminación de desechos, así como a la protección de las aguas superficiales en el medio natural, también son importantes y eficaces. Las campañas educativas para promover el lavado de manos después del contacto con animales y otros cambios comportamentales pueden reducir la propagación de las enfermedades zoonóticas en la comunidad cuando se producen.
La resistencia a los antimicrobianos es un factor que complica el control y la prevención de las zoonosis. El uso de antibióticos en los animales criados para la alimentación está muy extendido y aumenta la posibilidad de que aparezcan cepas de patógenos zoonóticos farmacorresistentes capaces de propagarse rápidamente en las poblaciones animales y humanas.