Cazan a ‘Nico el jabalí’, el ‘doble’ del famoso jabalí amigo del guarda de caza
Evidentemente, no se trata del mediático cochino de nuestro colaborador habitual Juan Carlos Rubio, sino un ejemplar muy similar. Te contamos la apasionante historia protagonizada por los creadores de la cuenta de Instagram Lances&Agarres.
Los hermanos Jerónimo y Pablo Carmona, junto a Santiago José Moreno, han creado esta cuenta de Instagram para compartir sus lances de caza y defender la imagen de la actividad cinegética. Actualmente cuentan con más de 19.000 seguidores.
El cazador, orgulloso junto a gran jabalí.
Un viejo jabalí curtido en mil batallas
Los cazadores andaluces vieron por primera vez al macareno en agosto en una de las grabaciones de las cámaras de foto trampeo que tienen instaladas estratégicamente en un acotado de la provincia de Córdoba para controlar el furtivismo y gestionar las poblaciones de ungulados. Nada más verlo, lo bautizaron con el mismo nombre que Nico, el jabalí que protagoniza numerosos vídeos en redes sociales.
Recién abatido y examinando el trofeo del macareno. El jabalí tiene un colmillo roto.
Los colmillos del jabalí les recordaban a los cazadores a los del cochino salvado por Juan Carlos Rubio. Tenía las amoladeras muy desgastadas, como el macho del almeriense. Contaron los días de vacaciones para tratar de abatir al jabalí.
La aparición del solitario coincidió con el período vacacional de los cazadores de ahí que hasta quince días más tarde no trataron de abatirlo por primera vez. Pero al volver de las vacaciones el macho había dejado de frecuentar la zona. A pesar de ello, Pablo lo esperó en un claro del bosque.
Para sorpresa de este se presentó a la cita. No entró en plaza porque venteó al cazador. Lo volvieron a esperar en el mismo sitio la noche siguiente pero no apareció. Una semana más tarde lo intentó Jerónimo y tampoco tuvo suerte. Tuvieron que pasar tres semanas para volver a verlo en una de las grabaciones de las cámaras de foto trampeo. Al visionar uno de los dispositivos para gestionar las poblaciones de cochinos de la zona se percataron que se había roto el colmillo derecho.
Dos meses tras la pista del enorme jabalí
Lo intentaron abatir en varias ocasiones, pero parecía que el macareno sabía cuándo iban a aguardarlo porque no aparecía en la zona. A finales de verano, tras varias semanas sin tratar de cazarlo, ya que pensaban que había abandonado el lugar, Jerónimo y su amigo Juan Carlos decidieron realizar un aguardo en la finca, aunque no albergaran esperanza alguna de hacerse con su trofeo. A las 20:00 horas ya estaban en el puesto en el que entraba un cochino de menor porte que Nico.
Un jabalí de 100 kilos y 18 centímetros de colmillo
A las 22:30 horas escucharon un animal desplazándose por el monte. Minutos más tarde salió al claro un macho joven. El jabalí les permitió disfrutar de su contemplación durante más de 60 minutos. Una hora más tarde, los cazadores comenzaron a oír a otro animal levantando piedras a su paso.
Este hecho también lo detectó el joven navajero. Se marchó en el momento que el macho de mayor porte se aproximó al lugar en el que se encontraba. A los diez minutos, Jerónimo y Juan Carlos pudieron ver su silueta iluminada por la luz de la luna, pero no quisieron dispararle ya que no les permitía un disparo seguro.
Los cazadores, celebrando el resultado de la espera.
Apareció de la oscuridad y se perdió entre las sombras
Un tiempo más tarde volvió a aparecer en escena el macho de menor porte. Cruzó el claro de monte como una exhalación. Probablemente Nico lo había expulsado de la zona. Transcurrieron más de diez tensos minutos para que el solitario abandonara la espesura. Nada más asomarse al claro, Jerónimo apretó el gatillo de su rifle semiautomático Browming FN del calibre .300 WM.
La bala impactó en la columna vertebral del macareno. Al derrumbarse, lo remató de un segundo disparo en el codillo.
Pesó 100 kilos. El colmillo izquierdo del jabalí mide 18 centímetros y 17 el que tiene el extremo roto. El grosor de ambas defensas es de 2,3. Al homologarlo ha obtenido una puntuación de 102,7 a pesar de la rotura del colmillo.
Javier Fernández
