Un veterano cazador enseña a parar a su podenco andaluz para que le dé tiempo a llegar cuando localiza una pieza
Te contamos la historia de Eugenio, un experimentado cazador de conejos y perdices con perros de muestra, y Yaco, un podenco andaluz de cinco años. El cazador ha adiestrado al can como si te tratara de un perro de muestra. Este es el fruto de horas de trabajo del cazador. Un podenco que guía y para las piezas.
Eugenio Pérez es un cazador de la provincia de Guadalajara de 60 años. Desde que tiene uso de razón siempre ha cazado con perros de muestra. Hace cinco años, tras el fallecimiento de su perro Thor, un amigo le regaló una cría de los podencos andaluces que había adquirido a un prestigioso criador. Desde ese día, se ha convertido en el inseparable compañero de vida del cazador. Tanto en la caza como en su día a día, ya que por circunstancias de la vida vive en soledad.
Eugenio Pérez junto a Yaco.
El podenco ha copiado la manera de cazar de un perro de muestra
La llegada de Yaco a la vida de Eugenio ha cambiado su día a día y su manera de ver la caza. Hasta hace un lustro, el cazador sólo conocía la caza con perros de la raza epagneul bretón y pointer inglés. El día que llegó Yaco a sus manos, con tan sólo 30 días, no sabía qué hacer con él. Nunca había tenido un podenco.
Yaco en plena acción ante un conejo encamado.
Como no sabía cómo adiestrarlo, decidió utilizar los mismos métodos con los que había adiestrado los perros de muestra. Con un señuelo atado a una cuerda y a base de mucha paciencia logró enseñar a Yaco a guiar las piezas y pararlas. El perro, según Eugenio, "se ha adaptado a mi condición física. Espera que yo llegue para levantar la pieza".
El cazador nos habla de su podenco
"Yaco tiene cinco años y caza tanto el pelo como la pluma. Llegó a mis manos con cuatro semanas de vida. A los tres meses de edad comencé a enseñarlo como un perro de muestra. Mi podenco está dotado de un olfato prodigioso. Por donde pasan otros perros sin levantar caza alguna, él es capaz de detectar la presencia de perdices y conejos.
Cazador y podenco andaluz forman un gran equipo ante piezas como el conejo. El perro llegó a manos de Eugenio con solo 30 días.
No solo me acompaña cazando al salto, también es un portento para la recuperación de piezas a puesto fijo. Permanece inmóvil en la postura hasta el momento que yo le ordeno la recuperación del pájaro abatido. Solo decir a todos que desde que cazo con un podenco no lo cambio por ninguna otra raza. Me fascina su tesón, su resistencia y su adaptación al calor y al frío. Se trata de una raza maravillosa".
Javier Fernández
