Caza bajo la lluvia un jabalí con un espectacular trofeo
Crónicas de caza

Caza bajo la lluvia un jabalí con un espectacular trofeo

Un cazador albaceteño ha tenido que esperar dos décadas para abatir un cochino como este. Lo cazó la noche del pasado jueves gracias a su perseverancia. Soportó varias horas de intensa lluvia antes de lograr su abate.


Manuel Sánchez es un cazador de 48 años natural de Alcadozo, municipio de 647 habitantes situado en la comarca de la Sierra de Alcaraz. Desde hace más de dos décadas práctica la caza del jabalí a la espera. A lo largo de este tiempo ha abatido tan solo tres cochinos armados con un notable trofeo. Los dos primeros ejemplares los cazó hace seis años en un lapso de tiempo de tan solo quince días. Dos impresiones machos de 17 y 18 centímetros de colmillo.

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Manuel Sánchez con el trofeo del jabalí preparado para la taxidermia. A la derecha, detalle del trofeo del gran jabalí.

Un soberbio ejemplar de 100 kilos con unas largas y gruesas navajas

El cazador sabía de la existencia de un jabalí de gran tamaño en el coto que gestiona junto a 7 amigos en su localidad natal. Se trata de un acotado compuesto sobre todo por pinares, cultivos de almendro y monte bajo. En una pequeña siembra de cereal realizada por los cazadores para alimentar a la fauna silvestre vio por primera vez las huellas del macareno hace unos días. El jueves por la noche, pese al viento y la lluvia, decidió intentar abatirlo en el lugar en el que suponía tenía el encame.

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Colmillos de 18 centímetros del jabalí abatido. Medida de las amoladeras.

Más de 4 horas soportando la lluvia y el viento

A las 19:00 horas el cazador ya estaba situado en el lugar elegido para realizar el aguardo. Trataba de protegerse de la lluvia bajo un paraguas. Cuatro horas más tarde oyó en la espesura el ruido de un animal. Tras unos minutos de tensa espera, apareció en el almendral un zorro. A las 23:15 horas, calado hasta los huesos enfundó su rifle Browming Bar2 del calibre .308W para encaminarse al sitio en el que estaba aparcado su vehículo.

Cuando ya se disponía a marcharse, escuchó los pasos de otro animal. Al observar el sitio del que provenía el ruido con un monocular térmico, vio cómo un enorme jabalí se dirigía al cultivo de almendros. Desenfundó de nuevo el arma. Tuvo que esperar más de 30 minutos para que el cochino se aproximara a él.

En el momento en el que el macho le ofreció el costado, a 80 metros de distancia, apretó el gatillo de su rifle. El solitario, al notar el impacto trató de huir. Se derrumbó sin vida a 50 metros del escenario del lance. El enorme macho ha alcanzado en la báscula un peso de 100 kilos. Los colmillos sobresalen de su mandíbula inferior 7 centímetros.

 


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