Un jabalí sorprende a los viandantes y a sus perros en un concurrido y céntrico parque de Oviedo
El suido generó gran alarma entre las personas, adultos y niños, que se encontraban en el parque e intentó alcanzar a unos perros antes de emprender la huida.
Cada vez resulta más habitual ver escenas en las que personas y jabalíes coinciden en pueblos y ciudades. La sobrepoblación de esta especie es la principal causa de estos encuentros. Una vez más debemos recordar que la caza juega un papel fundamental en el control poblacional de ésta y del resto de especies salvajes, pese a ser una actividad que últimamente está generando mucha controversia y polémica.
Un animal peligroso suelto por el parque
El pasado martes, 23 de mayo, varias personas fueron sorprendidas por un jabalí en el parque Purificación Tomás de Oviedo. Entre el estupor y el temor, todos procuraron alejarse de una zona que está considerada uno de los mejores sitios de Oviedo para pasear, jugar, hacer deporte, y comidas campestres y al que muchas familias eligen como destino de sus jornadas al aire libre. Esperemos que siga así y no sean los jabalíes los próximos viandantes.
Hablamos con una vecina que presenció la escena.
La joven nos ha contado sus sensaciones y su opinión sobre la superpoblación de jabalíes en la ciudad.
La mujer se encontraba paseando por el parque con su perra de raza bichón maltés cuando, de repente, escuchó unos gritos detrás de ella. Se giró y vio, a lo lejos, un bulto negro, corriendo a toda velocidad por medio del prado. A medida que el suido se acercaba, más pánico sentía ella. Nada más coger a su perra en brazos presenció cómo varios perros de raza border collie comenzaban a perseguir al jabalí, pero, en unos segundos, la situación se invirtió y fueron los perros los que tuvieron que correr delante del ungulado.
La gente estaba como loca, gritaban sin parar, conscientes de que se trataba de una situación que podría terminar en tragedia si una persona se cruzaba en el camino del animal.
Una situación que se repite
No es la primera vez que los jabalíes se pasean por ciudades de nuestro país, ni muy seguramente, sea la última. Los vecinos de Oviedo están acostumbrados a ver a estos animales merodeando por sus calles, jardines y parques y, en algunos casos, buscando alimento en los cubos de basura.
La mujer cuenta que, en su antigua urbanización muy a menudo los jardines amanecían “deshechos, con toda la tierra revuelta”. Los jabalíes se han acostumbrado a que la gente les dé comida o a buscarla ellos mismos en las basuras, por lo que muchas noches se acercan a la periferia de Oviedo a probar fortuna.
Muchas personas ignoran que se trata de animales salvajes susceptibles de atacar y transmitir enfermedades y los tratan como si de mascotas se tratara. Un error tan grande como habitual en las ciudades donde mucha gente no tiene apenas relación con el medio rural.
En el caso concreto de la capital asturiana, la vecina nos cuenta que desde la administración no se están tomando las medidas necesarias para evitar estas situaciones. Una correcta gestión cinegética de los montes colindantes es la única medida capaz de reducir el número de ejemplares y disminuir las posibilidades de que estos animales sigan irrumpiendo en la ciudad.
De anti-caza a defensora de la actividad
La entrevistada siempre se ha considerado una persona anti-caza. No sólo no entendía y no le gustaba la cinegética, sino que, además, abogaba por su prohibición. Sin embargo, tras haberse informado a través de personas de su entorno que practican la actividad, y vivir de cerca los problemas que supone la sobrepoblación de jabalíes, su visión ha cambiado.
Aunque asegura que no la practicaría, hoy en día reconoce que es la única forma posible de reducir la población de estos animales y prevenir sus potenciales ataques, tanto a personas, como a mascotas.
“La caza, correctamente practicada es la principal herramienta de control poblacional y necesariamente, tiene que existir”.
Mucha gente en las ciudades —contaba— están equivocados con respecto a la caza. La falta de información es la principal causa. “La caza no está bien explicada a la ciudadanía” —afirmaba. Cree que una efectiva comunicación sobre la actividad cinegética, la mayoría de la población estaría a favor de la misma, como fue su caso.
“Además de información, sólo se necesita un mínimo de sentido común y capacidad de análisis”.