Encuentra dos patas de venado en el estómago de un siluro que acababa de pescar
El conocido también como ‘pez gato’ había digerido parcialmente las patas del venado cuyos restos encontró en el río.
Esta imagen publicada en la red social Facebook, en el grupo Silure de France, está siendo muy comentada por lo insólita y también porque pone en solfa el hábito de algunas personas de tirar restos de animales, e incluso cadáveres, al río.
Conocemos al siluro, un gran depredador
También conocido como pez gato, bagre o más internacionalmente como catfish, es un tipo de pez de agua dulce que pertenece a la familia Siluridae. Son muy populares entre los pescadores debido a su gran tamaño y fuerza aunque no es recomendable su consumo ya que es un pez depredador que necesita comer mucha cantidad de alimento, ya sea vivo o muerto. Por lo general los animales que se alimentan de carroña no suelen ser un plato suculento.
El siluro es, de color verdoso tirando a negro y con una cola que abarca casi la mitad de su cuerpo. Pertenece a la familia de los bagres, con poderosas mandíbulas y una gran hilera de pequeños dientes. Alrededor de su enorme boca, tiene barbillas sensibles que le ayuda a encontrar comida en el fondo del agua
Su procedencia es del Este de Europa y Rusia, más concretamente de la Bahía del Volga. Prefiere aguas tranquilas o de corriente lenta, donde puede encontrar refugio entre las rocas o troncos caídos.
Ahora mismo podemos encontrar la mayoría de siluros en Alemania, Francia, destacando el río Loira, Italia en el río Po. En España la pesca de siluros en el río Ebro se ha convertido en una de las mayores atracciones mundiales. Desde su introducción en aguas de Mequinenza, éste pez ha ido colonizando todas las masas de agua a su paso, llegando hasta casi el nacimiento del Ebro.
Depredadores que crecen mucho
Cuentan con pequeños ojos que le sirven de muy poco, ya que, dispone de órganos sensoriales que recorren todo su cuerpo. Con ellos localiza su alimento con mucha más precisión que con la vista.
Su tamaño varía según la especie. Algunas especies pueden crecer hasta varios metros de longitud y pesar más de 100 kilogramos, como el bagre gigante del río Mekong en Asia. La longevidad también varía, pero en general, los bagres pueden vivir entre 15 y 20 años, aunque algunas especies pueden superar los 50 años.
Los siluros son principalmente depredadores y se alimentan de una variedad de presas, como peces pequeños, crustáceos, insectos acuáticos y otros invertebrados. Algunas especies de bagres, como la de la imagen, son carroñeras y se alimentan de restos de animales muertos.
La mayoría de los bagres tienen una reproducción ovípara, lo que significa que las hembras ponen huevos que son fertilizados externamente por los machos. Los huevos son depositados en nidos construidos por los padres en el fondo del agua. Después de la eclosión, los alevines son cuidados y protegidos por los padres durante un tiempo antes de ser independientes.
La polémica con los siluros
Uno de los comentarios más recurrentes sobre la foto que reflejaba lo que se había extraído del interior del pez, reabre el debate entre partidarios y detractores sobre de sacrificar al pez o si se debe devolver el pez al río. Como hemos dicho, al ser fundamentalmente carroñero, este tipo de pez no es muy aconsejable para su consumo, por lo que, en teoría, la mejor opción sería devolverlo al agua, una vez tomadas las medidas y sacada la foto con la captura. Por otro lado están quienes opinan que es una especie depredadora que causa estragos en el ecosistema.
En España
Según se explica en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, este pez fue introducido para la pesca deportiva, hecho que se ha traducido en impactos ecológicos y socioeconómicos negativos. El siluro es un depredador que se alimenta de especies nativas, sobre todo peces e invertebrados, pero también anfibios, roedores y aves acuáticas. Esta voracidad afecta a los recursos de los pescadores de peces nativos de las áreas que “coloniza”.
El siluro fue introducida en el medio natural con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de 2007 del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. Esa circunstancia permite su captura y suelta voluntarias en espacios como la cuenca del Ebro.
En el caso de que la pesca sea accidental, aunque dada la dificultad que entraña su captura, no parece probable, no podrá ser devuelto al medio natural y deberá ser “sacrificado inmediatamente y de forma rápida”. Para ello, se dispone de observaciones (en la propia legislación sobre esta especie) sobre cómo acabar con su vida y también cómo proceder para la eliminación de sus restos.